El descubrimiento estuvo a cargo de investigadores del CONICET, la Fundación Azara, la Universidad Maimónides de Buenos Aires y la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea. Cabe mencionar que participaron geólogas egresadas de la Universidad Nacional de Río Cuarto.
En La mañana del Limón tuvimos nuevamente la oportunidad de dialogar con Sebastián Apesteguía paleontólogo argentino, Investigador de CONICET, en el Área de Paleontología de la Fundación Azara - Universidad Maimónides. Debido a la zona donde fue el hallazgo, que fue en territorio Mapuche-Puelche, “el dinosaurio Jakapil kaniukura combina palabras de ambas lenguas en tributo al habla de las culturas ancestrales y presentes del norte de la Patagonia. Ja-Kapïl significa “portador de escudos” en lengua Guenenna iajesh, Puelche o Tehuelche del norte, mientras que kaniukura hace referencia a la “cresta de piedra” que caracteriza a la especie, en la lengua Mapudungun”, informaron desde Fundación Azara.
“Jakapil kaniukura es un pequeño dinosaurio, de unos 1,5 metros de longitud y entre 4 y 7 kg de peso. Pertenece al grupo de los tireóforos o dinosaurios acorazados, cuyo rasgo más distintivo es la presencia de varias hileras de huesos dérmicos (asociados a la dermis de la piel) en forma de escudos que protegen el cuello, lomo y cola del animal, similar a lo que ocurre en los cocodrilos actuales. Al igual que el resto de los tireóforos, tienen dientes en forma de hoja (romboides y con dentículos en el borde más externo, similares a los de las iguanas actuales) y con grandes caras de desgaste, lo que se condice con un eficiente procesado de una dieta herbívora. El rasgo más distintivo de Jakapil es la presencia de una mandíbula única para un tireóforo, relativamente corta y con una gran cresta en el borde inferior. La mayoría de los escudos son también particulares, muy aplanados, en forma de discos”, detallaron desde la Fundación.
“Es una linea de dinosaurios acorazados. Pero los más primitivos eran animalitos como estos. Jakapil, significa portador de escudos. Son dinosaurios que deben haber existido por todo el mundo. Lo encontramos en rocas de hace 100 millones de años. Hubo 100 millones de años de silencio. Es la sorpresa que nos puede dar la paleanteología”, expresó Sebastián Apesteguía y agregó: “Es un dinosaurio herbívoro. Tiene dientes con formas de hojitas y una mandíbula robusta. Era un dinosaurio relativamente rápido. Estuvieron en el momento que vivieron los más grandes dinosaurios”.