Los estudios complementarios a las autopsias de los dos bebés muertos por los que está imputada y detenida la enfermera Brenda Agüero del Hospital Materno Neonatal de Córdoba indicaron que el nivel de potasio encontrado en el cuerpo era “incompatible con la vida humana”. La mujer, de 27 años, está acusada de ser la supuesta autora de homicidio agravado reiterado.
La potasemia no se produce naturalmente en bebés recién nacidos sanos y de madres sanas, por eso todo indica que el mineral fue suministrado. El exceso de potasio provoca un paro en diástole (es decir, por máxima sedación del corazón).
El dato se conoció en paralelo a la realización de un “abrazo” al hospital por parte del personal médico y administrativo. Tal como vinieron haciendo otros colectivos —el Sindicato de Empleados Púbicos, el Consejo de Médicos y las enfermeras del Neonatal— pidieron “justicia” y el “esclarecimiento” del caso.
También apoyaron y manifestaron su acompañamiento a las familias de los cinco bebés muertos y de los ocho que presentaron inconsistencias en la atención sanitaria. En esa línea también pidieron “trabajar en paz”. El “abrazo” se extendió por unos 20 minutos y culminó con un aplauso coincidente con el reclamo de que se sepa qué pasó.
También están imputadas en la causa por omisión de los deberes de funcionario público de Liliana Asís, exdirectora del hospital y de las directoras de Neonatología, Marta Gómez Flores y Adriana Luisa Morales. Entre el 18 de marzo y el 6 de junio murieron al menos cinco bebés.
Etapa preliminar
El fiscal Raúl Garzón admitió al momento de la detención de Agero que, si bien cuenta con los elementos que la ley exige para acusar, queda “mucho camino” por recorrer. “Estamos lejos de decir acabadamente lo que ha ocurrido”, recalcó y enfatizó que la investigación está en “etapa preliminar”.
El universo que investiga, por ahora, el fiscal es de 13 bebés. De ellos, ocho presentaron “inconsistencias en la atención sanitaria”, según definió en un primer momento Mariana Figueroa, directora de Asuntos Legales del Ministerio de Salud. Todos los casos fueron entre el 18 de marzo y el 6 de junio pasados.
Si bien en la sala de parto no hay cámaras, hay algunas fotografías y, además, están las declaraciones de las madres que apuntan a cómo se comportaba Agüero. También existe el testimonio de un padre que la comprometería ya que habría relatado que ella le pidió a su hijo indicando que le faltaba la identificación; menos de una hora después la criatura se descompensó.
La familia de Agüero insiste con que la mujer —que todavía no designó abogado por fuera del que le destine la Justicia de oficio—no tenía contactos con las criaturas y sostienen que es una “perejil”.
Según se pudo saber, la enfermera detenida vive en Río Ceballos, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Córdoba, y no tiene hijos. Empezó a trabajar en el Hospital Neonatal en diciembre del 2020 y lo hacía en el turno noche. Antes había cumplido tareas en el Sanatorio Allende, a donde renunció para asumir en el Neonatal.
La Nación
Foto: Sebastián Salguero