Tras tres semanas de internación, el exsenador nacional Estaban Bullrich fue dado de alta médica. “En el día de la fecha, el paciente Esteban Bullrich ha sido dado de alta luego de su internación en el Hospital Universitario Austral. Se encuentra con buena evolución, recuperado de la neumonía por la cual ingresó el 31 de agosto y continuará con el tratamiento en su domicilio”, comunicó el equipo de profesionales del Hospital Universitario Austral.
“Su familia, a través de este parte médico, desea agradecer a quienes acompañaron a Esteban durante todos estos días: “Volvemos a casa para seguir celebrando la vida, en familia y con Dios guiando nuestros pasos”, concluyó la breve misiva.
Por su parte, Bullrich acudió a las redes para extender cálidas palabras de agradecimiento a Dios, su familia y al equipo de profesionales que lo trató las últimas semanas. “GRACIAS!!! A Dios, por todo. A mi mujer, María Eugenia, y a mis hijos, por ayudarme a cargar mi cruz con una sonrisa. A mi familia, por estar siempre. A mis amigos y hermano por turnarse para que no esté nunca solo”, dijo.
“Y, obviamente, a todo el equipo médico del Hospital Austral, liderado por Pablo y Daniel. Médicos, enfermeros, kinesiólogos, especialistas, personal de limpieza, ustedes fueron grandes responsables del regreso a casa. Y lo llevaron adelante con profesionalismo, buen trato y una sonrisa siempre a flor de piel”, continuó.
Y cerró: “Y a todos ustedes, por los rezos, oraciones y mensajes de apoyo. Me sumaron fuerza para ganar esta batalla. La guerra contra la ELA continúa”.
El pasado 31 de agosto, Bullrich fue internado en el Hospital Austral como consecuencia de una neumonía. El exsenador de la Nación fue diagnosticado hace un año y medio con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA). El dirigente de Juntos por el Cambio renunció a su banca por el avance de la enfermedad neurodegenerativa progresiva que lo afecta.
Qué es la ELA
La ELA es una enfermedad neurodegenerativa progresiva que afecta los músculos y, a medida que avanza, quienes la sufren pierden independencia en su movilidad, e incluso para hablar, respirar y alimentarse.
Los nervios que controlan los sentidos, tales como el tacto y la vista, conocidos como neuronas sensoriales, generalmente no son afectados por la ELA.
Cuáles son las consecuencias
A medida que las neuronas motoras se deterioran, se incrementa la pérdida de la movilidad en las extremidades y se producen dificultades con el habla, la deglución y la respiración. Los primeros músculos que se ven afectados son comúnmente los de las manos, pies o la boca.
La ELA generalmente no afecta los sentidos, la vejiga e intestinos, o la función sexual.
Los efectos de la ELA pueden variar enormemente de una persona a la otra. Cada individuo vive una experiencia muy diferente, desde los síntomas y la progresión de la enfermedad hasta el período de supervivencia luego del diagnóstico.
¿A quiénes puede afectar?
Estudios internacionales sobre ELA indican que:
Puede afectar a adultos de cualquier edad, pero la mayoría de los diagnosticados con la enfermedad tienen más de 40 años, con la mayor incidencia entre los 50 y los 70 años de edad.
En términos de la distribución por género, aproximadamente dos hombres por cada mujer se ven afectados, pero esto puede variar según el tipo de ELA, y se empareja a partir de alrededor de los 70 años.
La incidencia o cantidad de personas que desarrollarán ELA cada año es aproximadamente dos por cada 100.000 personas.
La prevalencia o cantidad de personas que viven con ELA al mismo tiempo es de aproximadamente siete por cada 100.000.
¿Cómo se diagnostica la ELA?
De acuerdo a la Asociación ELA Argentina, el diagnóstico de la enfermedad es muy difícil, porque los síntomas varían según la persona, y pueden ser atribuidos a una variedad de causas diferentes. No todos los síntomas necesariamente les suceden a todos y es poco probable que todos ellos se desarrollen al mismo tiempo, o en algún orden específico.
La enfermedad afecta a cada individuo de maneras diferentes, dado que no todos los síntomas se experimentan o aparecen en la misma secuencia.
No existe un examen específico para probar que alguien tiene ELA, lo cual significa que el diagnóstico requiere la eliminación de otras enfermedades potenciales.
¿Qué causa la enfermedad?
En cuanto a la causa de la ELA, no se trata de una patología infecciosa ni contagiosa y el porcentaje de casos hereditarios es inferior al 5%, la mayoría son no hereditarios o esporádicos. Aún se investiga qué es lo que la dispara y hasta el momento los estudios apuntan a los neurotransmisores que comunican a las neuronas entre sí.
El ácido glutámico es un importante neurotransmisor. Se cree que su exceso en el espacio extracelular es la causa de esta enfermedad. También se habla de un daño oxidativo por exceso de radicales libres y de proteínas con errores en su plegamiento.
La Nación
Foto: Archivo La Nación