Corchito se convirtió en casi el dueño del bar Dickens de Chivilcoy, Buenos Aires y cambió la vida a todos luego de que una tarde de primavera, su mamá Camila Galland lo adoptara de la calle. Es un mestizo de aproximadamente nueve años, color marrón claro y carismático.
El se sienta en la silla para dar la bienvenida y acompañar a cada cliente que llega al bar pero no mendiga ni llora por comida. Entre sus preferidos se encuentra la gente mayor solitaria, y luego si una familia lo llama, él va para darle una cálida y amorosa recepción.
“No todos los animales se pueden quedar porque no tienen la misma conducta”, indicó Camila en diálogo con Gente Necesaria.
Sobre
cómo es el día a día de Corchito, dijo que a las 8 hs abre el bar, luego da una vuelta a la manzana y vuelve para sentarse en cada mesa con sus queridos clientes. Por supuesto, se toma algunos descansos y sale a la vereda a tomar un poco de sol.
Corchito tiene tres hermanitos más, Puccini, Hugo y Manuel, sin embargo es el elegido para compartir mágicos momentos. “Se pelean por Corcho y a quien acompañará en su café”, señaló su mamá.
Entre ellos, un señor que todos los días llega al bar para dedicarle un tango.
Entrevista: Pablo Ferrari
Producción: Carolina Chiarotto Magallanes
Operador: Raúl Correa