Hay una gran preocupación en Chubut por la reciente aparición de nueve ballenas muertas en Golfo Nuevo, cerca de la localidad de Puerto Pirámides. El encargado de anunciar la noticia a los medios fue el director de Flora y Fauna de la provincia, Fernando Bersano, quien expresó que no recuerda una mortandad de tales características en tan poco tiempo. Ahora, y para dar más detalles de la situación, la Dra. Marcela Uhart, Co-Directora del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral, habló y sostuvo que aún se encuentran con las investigaciones pertinentes para determinar la causa de los decesos.
“Tenemos hipótesis. La principal que manejamos es que la mortalidad podría estar asociada por biotoxinas por floraciones algales nocivas, que se llaman comúnmente mareas rojas. Hay una concentración de toxina paralizante por moluscos muy alta en la zona donde aparecieron los animales marinos”, introdujo en su explicación.
El equipo del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral e Instituto de Conservación de Ballenas examinan una ballena macho juvenil muerto recientemente. Este fue el único macho entre las ballenas afectadas por este evento. El registro minucioso de las ballenas muertas contribuye al esfuerzo sostenido del Programa desde 2003 para conocer la salud de las ballenas francas de Península Valdés (Foto: Mariano Sironi)
Por otro lado, explicó que además continúan en la etapa de recolección de muestras de las ballenas muertas para poder tener información más fehaciente. Sin embargo, aseguró que todas se encontraban en un buen estado de salud en general: “No tenían signos de lesiones traumáticas externas visibles ni enmallamientos, por lo cual es un factor que se descarta como causa de muerte. Hasta ahora se encontraron 9 hembras adultas y un macho juvenil, hay que acceder a ellas lo más pronto posible para hacer los exámenes, porque con las temperaturas elevadas se complica por el estado de los cadáveres”.
En cuanto a la zona donde aparecieron los mamíferos pertenecientes al orden de los cetáceos, destacó que lo único inusual que encontraron es que hay una floración algal tóxica masiva, y como consecuencia de eso, el miércoles 28 de septiembre se decretó veda para la recolección, comercialización y consumo de moluscos bivalvos.
“Son recurrentes las vedas en Península Valdés, ocurre cada todos los años y está asociado con factores ambientales diversos. Hasta el momento solo sabemos que hay una gran producción de toxinas que se dieron de forma más temprana que otros momentos, y por eso el solapamiento con el instante de mayor concentración de ballenas”, subrayó.
En la tarea de investigación trabajan de manera conjunta el Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral (PMSBFA), creado en el 2003, la Dirección de Fauna, voluntarios e investigadores del Instituto de Conservación de Ballenas (ICB), investigadores del Centro Nacional Patagónico con sede en Puerto Madryn, quienes trabajaron en la colecta de muestras de fitoplancton y bivalvos, profesionales del CONICET, operadores de buceo de Puerto Pirámides, operadores de avistaje de ballenas que ayudaron en el remolque de los animales hacia las playas donde se pudieron realizar las necropsias pertinentes, el laboratorio de salud ambiental de la provincia de Chubut, donde llevaron a cabo los análisis de las toxinas y también colaboraron investigadores de la Universidad Nacional San Juan Bosco.
El equipo del Programa de Monitoreo Sanitario Ballena Franca Austral e Instituto de Conservacion de Ballenas examinan y toman medidas para determinar el estado corporal de una ballena franca austral adulta muerta. La pérdida de cada hembra adulta representa es significativa para esta población donde algunos individuos son conocidos desde hace 50 años (Foto: Macarena Agrelo)
En cuanto a las muestras de las ballenas, serán analizadas por profesionales del Instituto Nacional de Investigación y Desarrollo Pesquero (INIDEP). “Esto no se puede hacer sin la ayuda desinteresada de un montón de personas”, concluyó Uhart.
La Nación
Foto: Paula Faiferman