Con Sedas Misioneras, la empresaria Carolina Butvilofsky promueve el desarrollo de la sericultura en Eldorado, aportando un nuevo modelo productivo sostenible para la provincia. Se trata de la cría de gusanos de seda.
Para esto junto a su familia, elaboró el proyecto sostenible Sedami, que quiere convertir a Misiones en la capital de la seda en Argentina. Si bien hay otros productores, este es el de mayor volumen en el país.
Argentina tiene una larga historia en la cría del gusano de seda y
el centro productor más grande estuvo en Jesús María en la década del 40 donde se llegó a exportar 250 toneladas de capullos de seda a los Estados Unidos para la fabricación de paracaídas militares durante la Segunda Guerra Mundial.
Así lo indicó la emprendedora en diálogo con La Vuelta del Perro.
“Es el más resistente que existe sobre la faz de la tierra producido por un animal”, indicó en relación a las bondades de este hilo. Cada capullo pesa un gramo y está hecho por un hilo de seda que llega a medir 1500 metros de largo. Se refirió a las razas de gusanos.
Sedami
El proyecto se desarrolla en una chacra de sericultura sustentable con 3 hectáreas de plantación de mora, 5 hectáreas de yerba mate orgánica y un galpón de 250 metros cuadrados para la cría de gusanos de seda. “No podemos usar herbicida y esto nos habilita a tener colmenas de abejas”, señaló. La compra de los gusanos se realiza a un laboratorio de la UBA.
“Es una economía circular perfecta para la provincia de Misiones”, destacó.
Con este capullo de seda se pueden hacer muchísimos productos como el hilo devanado, vellón de seda, hilos para el bordado de alta costura, productos de cosmética, insumos para la medicina y vestimenta militar, entre otros.
La historia de una familia emprendedora
Sara Carolina Butvilofsky es tercera generación de una colonia de inmigrantes alemanes. Ella fue Boy Scout, estudió turismo y luego se fue a especializar a Alemania donde se casó con su esposo, también oriundo de Eldorado, Misiones.
Decidieron volver a Argentina en 2001 donde en sus inicios la pasaron muy mal porque todos sus ahorros quedaron en el corralito. Pusieron su empresa de viaje y nacieron sus hijos. “Quedamos en la calle luego de haber tenido todo en Alemania. Empezamos de vuelta”, señaló.
A pesar de todo, su espíritu de emprendedora surgió con más fuerza en el peor momento e implementó el proyecto de seda en Misiones, tras recordar el viaje que realizó con su esposo a Indonesia donde vieron esta producción.
“Más de una de una vez tuvimos ganas de liquidar todo, pero le metimos ficha y los éxitos empiezan a aparecer”, concluyó con gran fervor y pasión.
Entrevista: Marcelo Arbillaga y Mercedes Magnano
Producción: Carolina Chiarotto Magallanes
Operador: Andrés Berretta