Bill Ballard estaba surfeando en Wallagoot Beach, en la costa de Nueva Gales del Sur, Australia, el 25 de septiembre cuando notó que los delfines, que se alimentaban de un enjambre de salmones en el área, comenzaron a actuar de manera diferente a lo habitual, informó 'The Courier'.
Ballard se había encontrado con delfines en el área antes, por lo que estaba bien versado en su comportamiento habitual. «Es difícil de describir, pero siguieron subiendo a la superficie para mirarme y también comenzaron a nadar de un lado a otro, acercándose e intentando empujarme hacia la orilla», contó al diario australiano.
Poco después, un avión, que había estado observando el frenesí de alimentación de los delfines desde arriba, se abalanzó para advertirle que un tiburón de 6 metros estaba al acecho en las aguas cercanas, informó 'The Courier'. Los dos pasajeros del avión que volaba a baja altura, le gritaron a Ballard: «¡Tiburón, tiburón!», y señalaron una gran sombra de algo que nadaba cerca.
En el incidente, la aeronave, que había volado demasiado bajo, se estrelló contra el agua a pocos metros de la playa. Ballard, que cogió una ola que lo llevó a la orilla, fue a comprobar el estado de los pasajeros y habló con uno de ellos.
«Ella decía: 'Ese tiburón estaba tan cerca de ti, tan cerca, y era el más grande que he visto en mi vida. Debía medir 6 metros'», recordó Ballard a 'The Courier' sobre lo que le comentaron los pasajeros de la avioneta. «Estoy muy agradecido. Eran como ángeles de la guarda que venían a salvarme».
«Al principio, pensé que debían haberlo confundido con un delfín, y seguí preguntando si estaban seguros de que no lo era, pero el piloto dijo: 'No, he estado volando durante años y sé exactamente lo que es un tiburón'». Ninguno de los pasajeros resultó gravemente herido en el accidente.
Australia es uno de los lugares más probables del mundo para que ocurran ataques de tiburones. En 2021, se reportaron 12 mordeduras de tiburón no provocadas, según el Archivo Internacional de Ataques de Tiburón del Museo de Historia Natural de Florida. Los tiburones no buscan atacar a personas, pero pueden ocurrir encuentros peligrosos. Un tiburón puede acercarse a un surfista después de confundirlo con algo que podría querer comer o por curiosidad.
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Foto: Archivo ABC