“Es una alegría inmensa, me recibí de Profesora de Educación Primaria. A la carrera la realicé en 4 años, que es el tiempo en el que se hace. Salí escolta de la bandera nacional, es todo un orgullo muy grande, es torcer el destino”, contó la flamante egresada en La mañana del Limón. La joven se crió en el Barrio Avenida Argentina, con una familia de carreros y una madre que la acompañó e insistió en su educación, “hay posibilidades, con voluntad se puede”, destacó Mayra.

Deolinda Cuello tiene el comedor en el barrio, lugar donde comenzaron a brindar la comida a 12 familias, en la actualidad lo hace con 150. Los martes y jueves, con el acompañamiento del Estado y la solidaridad de las personas, puede brindar de alimento a quienes más lo necesitan.
 
Mayra Silva se formó en instituciones educativas “socialmente marginales”, como explicó ella. “República del Uruguay y el IPEM Nº 28. Después empecé en la Universidad con abogacía. Retome con dos hijos, una niña de 6 meses y un hijo de 6 años. Siempre con el apoyo de mi mamá que me miraba a los chicos”, contó y destacó: “Nadie había tenido un título universitario en la familia”.

Cuando Mayra rindió y finalizó su carrera hubo festejos, engrudos, carteles. Mucha felicidad para una estudiante que termina su carrera para convertirse en una profesional, un sueño cumplido para quien estuvo imaginando tanto tiempo el momento de la culminación de la carrera. Al llegar al barrio, al ingresar al lugar donde ella se crió, uno de los vecinos le gritó algo que a ella le quedó resonando en su corazón y lo compartió en la entrevista: “Los pobres también podemos”.

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