El sudafricano espera conseguir un reemplazo en breve, según fuentes de CNBC, tras casi dos meses al frente de la red social.
Elon Musk está buscando un CEO que le reemplace en breve al frente de la red social que adquirió a finales de octubre por 44.000 millones de dólares. En menos de dos meses, el segundo hombre más rico del mundo se ha puesto en la rampa de salida, según fuentes citadas por CNBC, un día después de haber consultado con los usuarios de la red social si debía continuar o no en una encuesta cuyo resultado aseguró estar dispuesto a obedecer. De momento, no ha dado el paso.
Musk, también CEO de Space X y Tesla, ya dijo desde el primer día que su puesto como presidente ejecutivo de Twitter sería temporal, con la esperanza de reducir su tiempo en la red social y conseguir a alguien que lo reemplazara. Casi dos meses después, la presión ha aumentado de manera exponencial, criticado por descuidar su labor como máximo responsable de Tesla -las acciones han caído un 36% desde que confirmó la compra de Twitter- y por decisiones polémicas como reactivar la cuentas del ex presidente Donald Trump y censurar las de un puñado de periodistas que le cubrían a diario.
Además, ha realizado despidos masivos, precipitado la dimisión de una buena parte de la plantilla restante y alejado a los anunciantes, Apple entre ellos. Durante este corto periodo, el absolutista de la libertad de expresión, la figura en la que se ha erigido, ha visto incrementar el discurso de odio en la red. El balance, de momento, es demoledor.
"Es momento de que se acabe esta pesadilla del CEO de Twitter", aseguró Dan Ives, analista de Wedbush. Para Ives, la cantidad que pagó el sudafricano por la red social con sede en San Francisco es el mayor exceso en la historia de la industria tecnológica, calculando que la firma perderá unos 4.000 millones de dólares al año a este paso.
Musk ha tenido la oportunidad de dar un paso al costado tras la encuesta que votaron más de 17 millones de personas el domingo, con un 57% invitándole a ceder el mando. De momento, no lo ha hecho, buscando un CEO "que pueda mantener Twitter vivo".
Se antoja una empresa compleja que además ha llevado a Musk a sacrificar la marcha de sus otras compañías, obligado a vender acciones de Tesla por valor de miles de millones de dólares para financiar la operación, además de haber desplazado personal de sus otras marcas para tratar de volver Twitter viable.
El lunes, la senadora por Massachussets, Elizabeth Warren, se puso en contacto con el presidente del consejo de administración de Tesla para manifestar su preocupación ante el posible incumplimiento de las obligaciones de Musk con sus accionistas. El desplome en Bolsa ha sido incesante desde que tomó las riendas de la red social. La jornada del martes volvió a resultar muy negativa para los títulos de la marca de coches eléctricos, con una bajada del 8%.