El 31 de diciembre, tras la muerte del papa emérito Benedicto XVI, Lv16 dialogó con el obispo de la Diócesis de Río Cuarto, Adolfo Uriona, quien lo definió como "una mente brillante que marcó la teología de la iglesia en el siglo XX" y como "un hombre valiente más bien tímido, pero con una claridad mental impresionante".
Además, destacó que a Benedicto XVI "le tocaron temas muy difíciles y los llevó adelante con una solvencia muy grande, como en el caso de los abusos, donde como prefecto de la doctrina de la fe había comenzado a trabajar intensamente frente a distintas denuncias y, después, como papa le dio un fuerte impulso a la tolerancia cero".
Uriona calificó la renuncia Joseph Ratzinger al papado por sus limitaciones de salud “como algo impresionante, y que muestra justamente la vulnerabilidad del ser humano, el Papa es un hombre como todos nosotros”, subrayó.
Además, el obispo recordó haberse sentido "muy acogido", luego de haber dialogado con el papa emérito Benedicto XVI, sobre la realidad social compleja que se vivía en ese entonces en la Diócesis de Añatuya, Santiago del Estero, cuando lo visitó como titular de la misma.
Destacó que en la visita, "a pesar de haber estado solo 20 minutos con él, además de ser amabilísimo, te miraba a los ojos y te escuchaba con mucha atención".
Por otro lado, Monseñor Adolfo Uriona se refirió a las particularidades del mundo durante los dos papados previos a Jorge Bergoglio, quien está poniendo la mirada en la continuidad de la vida sobre la tierra como consecuencia de la devastación ambiental.