720 mil peces habían muerto en el dique Los Molinos. A través de un estudio realizado por un equipo interdisciplinario de la UNRC, se determinó que el 92,3 % de los peces muertos eran mojarrones. El Dr Miguel Mancini explicó de qué se trata.
Dr. Miguel Mancini
Durante septiembre -octubre del 2022 se identificaron 720 mil peces muertos en el dique Los Molinos. Un equipo interdisciplinario de la UNRC realizó un estudio para determinar las causas de esta mortandad.
En su comunicado sobre la investigación explaya que “se observaron in situ peces muertos de ocho especies: tararira, vieja del agua, dientudo, bagre negro, sabalito, palometa y dos mojarras denominadas cola roja y mojarrón (ambas del género Psalidodon, ex Astyanax), de las cuales la última fue la más afectada. Dichas mojarras representaron el 98,6 % del total de los peces muertos. En promedio, la longitud de 26 mojarrones analizados fue de 11,9 cm. La tasa de morbilidad en esta especie, es decir la cantidad de peces enfermos sobre el total evaluado, fue de 92,3 %. La tasa de letalidad (peces muertos con respecto a los enfermos) fue de 100 %. Se estimó una cantidad superior a 720.000 peces muertos, con mayor cantidad en la costa Este (se debe tener en cuenta la dirección del viento). De acuerdo al peso de las diferentes especies y al perímetro del embalse a finales de septiembre, esto representó una biomasa mayor a 13 toneladas de peces. La duración aproximada del cuadro fue de 30 días”.
En relación a las muestras tomadas, explicaron que se encontró un pseudohongo: “por los investigadores de la UNRC en diferentes sitios del embalse, de manera inicial se logró identificar morfológicamente al oomyceto Saprolegnia parasitica, protista filamentoso considerado pseudohongo, como principal causa de la mortandad. Dada la relevancia del caso y la gran importancia que reviste el embalse para la provincia, se decidió realizar un análisis molecular”.
Más adelante, el comunicado explica que se debe a las bajas temperatura del agua: “los ejemplares afectados presentan letargia, alteraciones en el desplazamiento, natación errática y lesiones típicas en la piel, que alcanzaron en algunos casos más del 30 % de la superficie corporal, en uno o ambos flancos. A nivel de branquias, se determinó la presencia de la bacteria Aeromonas hydrophila, frecuente en este tipo de cuadros como un patógeno oportunista. El estudio histopatológico de la piel reveló un importante daño tisular con evidente pérdida por necrosis de las porciones tegumentarias superficiales, quedando expuesto el tejido muscular con intensa proliferación de elementos de aspecto micelar compatibles con Saprolegnia sp. En los tejidos más profundos, se apreció fuerte infiltrado de células inflamatorias entre los fascículos musculares. La enfermedad diagnosticada se denomina Saprolegniasis y se encuadrada dentro de las enfermedades “fúngicas”.
“Se destaca que el mes de septiembre presentó marcadas oscilaciones de temperatura (incluso con registro de nieve el día 21), además, la cota del embalse durante el estudio fue la más baja desde el año 2010. Esto cobra importancia porque la temperatura del agua es una variable ambiental de relevancia en la patogénesis de la enfermedad. Otras especies de mojarras, entre ellas la que se utiliza como carnada viva, presentaron condiciones normales sin registros de mortandad. Similar situación se evidenció con el pejerrey, el pez de mayor relevancia en la pesquería, cuyos ejemplares analizados tenían condición corporal normal, madurez reproductiva acorde a la época del año y abundante cantidad de zooplancton (que representa el alimento de preferencia) en su tracto digestivo. Los resultados obtenidos indican que esta mortandad es la de mayor gravedad registrada en el embalse Los Molinos”, finaliza el comunicado.