Siete furgonetas negras cruzan el paseo de la Castellana de Madrid desde la plaza de Colón hacia el norte. La fila de vehículos con las ventanas tintadas podría ser un despliegue diplomático, la comitiva de una estrella del pop y su troupe o una banda de atracadores de guante blanco. En el techo llevan un cartel, falso, que nos da la primera pista: "Taxi Parisien", aunque detrás lucen la bandera de la Comunidad de Madrid. Dentro va un grupo de periodistas, algunos de ellos llegados desde otros países, cuya misión sí tiene que ver con un robo, aunque uno ficticio. El destino son los platós de Netflix en la capital española y el misterio que los envuelve tiene que ver con Berlín, el esperadísimo spin-off de La casa de papel que llegará a las pantallas de todo el mundo en diciembre y que ya ha concluido su rodaje rodeado de secretismo.
Cuando nuestra vista alcanza las naves industriales de Tres Cantos, aparecen grandes carteles promocionales de ficciones nacionales de la empresa como Élite, Valeria o, por supuesto, La casa de papel con un "Larga vida a la resistencia" bien grande. En efecto, al fenómeno le queda todavía mucha cuerda, aunque Berlín "tiene un ADN muy diferente", según aclara Álex Pina, co-creador de la ficción junto a Esther Martínez Lobato, pareja creativa que también ha firmado Sky Rojo para la plataforma. "Veníamos de series muy complicadas con mucha angustia y violencia. Cuando arrancamos con el proceso buscábamos más luz y pasárnoslo bien. Eso está muy presente en la serie: es vital y lúdica".
El desembarco de los periodistas se produce frente a un plató cuya entrada se ha atrezado debidamente: "Hotel Gioconda", reza un cartel. Pero dentro no hay plató que ver, solo una enorme y puntera pantalla, evolución tecnológica del chroma verde, que se ha utilizado para grabar algunas escenas de exterior en el confort de este interior. Ahí se proyecta el frenético tráiler de la serie que concreta las pistas francesas que veníamos siguiendo: la primera temporada de esta serie, compuesta por ocho episodios, se ambientará en París donde Berlín y sus nuevos secuaces (o antiguos, si tenemos en cuenta que se trata de una precuela) robarán la casa de subastas más importante de la capital de la luz.
Cuando visitamos el rodaje de la serie a principios de año, el actor Pedro Alonso, que retoma el personaje que le hizo famoso a escala global, decía no tener muy claro qué iba a salir de la serie, ya que la productora, Vancouver, trabaja al límite de los tiempos de entrega y siempre apuesta por un cambio de último momento si esto merece la pena. Ahora, concluido todo el proceso creativo, apunta a que la clave de esta nueva etapa está en "joie de vivre" (sí, lo dice en francés), es decir, la alegría de vivir que caracteriza a este personaje, o sus ansias por sentirse vivo, del que veremos notas menos oscuras que en La casa de papel donde, a ratos, era un líder kamikaze, un antagonista o un maltratador psicológico. Hedonista o disfrutón son apelativos que ahora resuenan con más fuerza para describir al personaje en Berlín.
"Nos gustaba su visión romántica", dice Pina. "Puede ser encantador y sentimental, pero también un ogro con una oscuridad tremenda. Esa dualidad imprescindible nos permite trazar una línea romántica increíble. Explorar a un Berlín en la línea sentimental nos da juego y que lo romántico afectara a los atracos. Y se mete donde nadie debería meterse". Aunque evitan dar demasiados detalles concretos, parece que ahí está otra clave de la serie: el amor.
Andrés de Fonollosa, que así se llama el personaje sin su apelativo de gentilicio, se sentirá románticamente atraído por la esposa del hombre al que van a robar. El lío está servido. "Berlín está maravillado por la belleza, el amor, el arte, los robos... El placer sensorial tiene mucha importancia en esta serie y por ello hemos mimado mucho las localizaciones", añade el creador.
Apoyando a Alonso, una nueva banda. Tristán Ulloa hace las veces del Pepito Grillo del protagonista, Julio Peña es su pupilo, Michelle Jenner, el cerebrito, Begoña Vargas, una mujer de armas tomar y Joel Sánchez el músculo. El elenco coincide en que sintieron la presión de sumarse a una franquicia de éxito global, pero que dejaron los nervios cuando se pusieron manos a la obra:
"Es un lujo trabajar en una producción que juega con la excelencia", comenta Ulloa, "Es algo que pocas veces uno se encuentra en este oficio, esa capacidad de ir a más y superarse. Trato de dejar la presión atrás para aligerar equipaje". También repiten, junto al protagonista, otros dos rostros de 'La casa de papel', Itziar Ituño y Najwa Nimri.
Lobato asegura que "barajamos la vuelta de casi cualquiera", aunque lo contado en la serie principal no lo ponía fácil: "Coger a las inspectoras en un tiempo pasado era muy estimulante y refrescante. Ese poderío femenino, junto al poderío de Berlín, nos daba muchas ganas". Será una aventura autoconclusiva, aclaran sus creadores, aunque la puerta está abierta a seguir contando otros robos y romances del ladrón. "Será el público quien decida", aseguran.

El Mundo