Se trata de un grupo de crianceros, que como consecuencia de este fenómeno perdieron a sus animales. Nadie les ha brindado ayuda todavía.
Las intensas inundaciones siguen sin dar tregua en Neuquén y, como consecuencia de las mismas, una familia de crianceros debió refugiarse en una cueva luego de perder a su hogar, a sus animales y sus puestos de trabajo. Pasan frío y hambre allí, donde las condiciones claramente no son dignas.
“Se nos inundó todo y no nos quedó otra que subir hasta una piedra que tenemos arriba del puesto para resguardarnos, el caudal era grandísimo. Hace cuatro días que estamos alojados en esta cueva y amanecemos sentados al lado del fuego porque hace mucho frío”, contó Lorena Pallares, la puestera neuquina, en diálogo con LMNeuquén.
Se trata de un matrimonio, dos hijos de entre 15 y 18 años, y un abuelo de 60. Además de sus pertenencias, el río Colorado les arrebató 120 chivas arrieras que habían dejado en una isla de la propiedad. Únicamente rescataron su auto.
“Anoche (por el martes 27 de junio) heló muchísimo. Anteanoche (por el lunes 26) bajamos para sacar algo de abrigo de las casas, pero lamentablemente nos mojamos y terminamos secándonos a orillas de fuego”, relató la mujer.
"Nos tienen abandonados"
Unos pocos vecinos llegaron hasta la piedra; allí están con algo de comida, agua, leña y algunos colchones. Aún así, todavía no recibieron la ayuda del Municipio, y tampoco se acercó el personal de Defensa Civil y el Ministerio de Desarrollo Social.
El puesto que perdió esta familia se encuentra a unos 30 kilómetros de Rincón de los Sauces, y no saben si podrán volver a su hogar. “Calculamos que tendremos que esperar. Gracias a Dios el agua paró, pero creo que tenemos para un mes acá. No podemos bajar por el barrio. Estamos sitiados”, manifestó Pallares.
“Nos tienen totalmente abandonados. No solo a nosotros, sino a todos los puesteros y crianceros. Nos tenemos que arreglar como podemos”, expresó la mujer. Para más información, brindaron un número de teléfono para comunicarse 299-6060645.