Pedro Sosa tiene en Berrotarán una empresa de reciclaje de materiales como cartón, vidrio y telgopor lo cual se selecciona, enfarda, prensa y vende a las charitas. Adquirió la misma hace tres años, momento en el que dejó su trabajo como cartonero al cual realizó por 40 años tras un accidente laboral donde perdió una pierna.

“A mi caballo le digo gracias, cada vez que lo veo, por todas las veces que me salvó”, dijo en Gente Necesaria.

Este vecino de la región recorrió un largo camino, con trabajos muy sacrificados hasta tener su empresa de reciclaje. Siendo muy joven, con 18 años, se accidentó con una máquina de moler piedras en la localidad de La Calera.

Cinco años después se casó, momento en el que empezó a recolectar botellas y cartón con un carrito que tiraba a mano. Luego incorporó un carro tirado a caballo. “Cuando no tenía actividad en el pueblo, me iba a los campos a buscar leña para vender”, recordó.
Pedro formó un familión con ochos hijos y 16 nietos.

Sobre cómo es levantarse a la mañana sin saber que te depara el día y que alimentos se podrán llevar a la mesa dijo que se daba maña, cocinaba con leña cuando no había gas y sacaba fiado porque es amigo de toda la gente del pueblo.

Con la ayuda de su hijo, Pedro adquirió las primeras maquinarias de su empresa.

“Laburas bajo techo y no tenes que andar en la calle pensando si llegas a hacer una moneda”, manifestó en relación al ser el dueño de su propio espacio de trabajo. Dijo que le cambió la vida e incorporó a dos muchachos en el emprendimiento. 

En relación a su accidente, manifestó que ha compartido su experiencia con jóvenes que transitan por vivencias similares. “A uno de ellos el chimango de carga de cereal le cortó el brazo y sus padres me llevaban al campo para que lo aconsejara sobre la situación y lo distrajera jugando al fútbol”, recordó.