Clara Isabel Sobarzo de 40 años siembra piñones para ayudar a la naturaleza cordillerana. Estos son los que se conocen como Araucaria, fruto comestible que se usa para hacer varias comidas, entre ellas la producción de harina. En tanto, Clara nació en una comunidad mapuche, trabaja desde hace más de 20 años en el vivero municipal de Zapala, Neuquén y hoy es la encargada del proyecto de plantación.

Gente Necesaria se contactó con ella, momento en el que se registraba en Zapala un viento de 60 kilómetros por hora. La zona fue muy afectada por los incendios y el municipio busca reforestar el lugar con distintas especies de plantaciones.

Para esto, cuenta con su vivero donde tiene cinco invernaderos, ubicados en inmediaciones de la Ruta Provincial 13 y también un bosque comunal.

Sobre cómo es el proceso de la plantación de los piñones, dijo que los recolectaron en la localidad de Quilca, ubicada a 80 kilómetros de Zapala, luego las colocaron en un balde con agua durante cuatro días y plantaron las que se sumergieron. Desde que se siembra el plantín hay que esperar cerca de dos meses para conseguir unos seis piñones, según manifestó la especialista.

“El tema de los viveros es muy lindo para mi, como también el cuidado del medioambiente. Me conecto mucho con las plantas y hace desde los 18 años que trabajo en esto”, manifestó.

Por otra parte, Clara se refirió a la cultura de la trashumancia donde muchos arrieros realizan la veranada en la Cordillera para trasladar los animales donde hay pasturas. Su mamá, papá, cuñada y hermanos trabajan en el arreo trasladando cerca de 300 chivos en cada temporada. 

En tanto, cada población tiene un lugar destinado para la veranada donde los arrieros se refugian con sus animales y el charqui para alimentarse.