Este año para mí fue como un "date cuenta" de muchas cosas y siguen cayendo fichas!
Somos lo que damos desde el corazón.
Somos luz y también la sombra que cuesta asumir.
Somos lo que hacemos con lo que nos pasa.
Somos lo que nos decimos todos los días frente al espejo y a veces en voz bajita.
Lo que le decimos y lo que vemos en los demás, eso también somos.
Lo que veo afuera, es lo que habita dentro.
La correspondencia de lo que pensamos, decimos, sentimos y hacemos se llama espontaneidad.
Las etiquetas sólo sirven para los envases de la góndola, nosotros no estamos a la venta.
La vulnerabilidad nos vuelve más humanos.
El amor, la bondad y la compasión son el equipaje ideal para la vida.
Las oportunidades siempre están esperando por nosotros.
Las respuestas llegan cuando nos corremos del medio, preguntarle a la Vida qué quiere para nosotros.
Ser más paz-siente que todo llega.
El silencio es necesario para escucharnos.
Sin espacios no hay lugar para lo nuevo.
Lo que deseamos no es lo mismo que necesitamos. El deseo es un sentimiento del alma. Es Dios decidiendo cúal será su creación.
Los rezos, las plegarias y los pedidos de todos van a un mismo cielo.
Deja de dudar tanto!
Ni uno solo se dejó de escuchar.
No hacemos las cosas bien o mal, creamos de acuerdo a nuestro estado vibratorio y de conciencia.
Hay infinitas experiencias que jamás vamos a entender porque nuestra mente es finita.
Perderse es necesario para reencontrarse.
Todo pasa, todo sucede y nosotros también.
Dejarse sostener, pedir, recibir, dejar ir, son actos totalmente amorosos y valientes.
Dejar de fruncir el ceño nos ablanda la mirada.
Dejar de cargar mochilas para que los hombros descansen.
Estamos haciendo lo mejor que podemos con lo que tenemos.
Abrir el corazón y contar lo que sentimos jamas arruinaría una conexión real.
Seguir postergando es boleto directo a lo in-evitable.
Resistirse a los cambios por miedo es alargar una agonía evitable.
Perdón, gracias y te amo son palabras con magia.
El amor jamas pasa de moda.
Ojalá siempre te des cuenta.
Ojalá siempre te caiga la ficha.
Porque al final de todo...
Somos eso que vamos viviendo todos los días.
Somos ese puñado de experiencias que no es más, ni menos que la vida misma.
En este tiempo, atando cabos, vos de que te diste cuenta?