Un documento presentado en la cumbre climática (COP28) por el Instituto Interamericano de Cooperación Agrícola (IICA) elaborado por el académico argentino, Ernesto Viglizzo, destaca que las pasturas capturan carbono y que la huella es menor que la atribuida a la actividad. El ingeniero agrónomo y científico del Conicet habló en exclusiva con Valor Agregado Agro.

“Existe una serie de valores de los más erráticos, es decir, que la ganadería emite el 14% de las emisiones globales, otros dicen el 18,5, otros dicen el 33%, ayer lo leí justamente, entonces hay una gran confusión en torno al tema. Lo cierto es que producto de esa confusión el ganado, sobre todo el ganado que viene de países como el nuestro, empiezan a ser mirados con sospecha y penalizado en los mercados internacionales. Entonces, yo lo que me propuse con ese informe es tratar de esclarecer un poco, poner números que a mi entender son realistas, que son obviamente mucho más bajos de los que están apareciendo, sobre todo en las publicaciones del hemisferio norte y sobre todo de Europa”, señaló el profesional.

Continuó: “lo que descubrí es que es un problema de método, o sea, de acuerdo a cómo uno mide, te acomoda los números. Si yo quiero mostrar que la ganadería emite mucho, mucho más de lo que de lo que sería aceptable para la opinión pública, entonces utilizo métodos que realmente la perjudican. Y hay un método, un enfoque, que se llama análisis del ciclo de vida, que consiste esencialmente en medir las emisiones de metano y óxido nitroso, dos potentes gases de efecto invernadero, en el precio. Entonces se carga por cada tonelada de carne que sale de la tanquera, se le cargan esas emisiones, pero resulta que después la carne entra en una cadena agroalimentaria que tiene un montón de eslabones posteriores, desde el procesamiento, el empaquetado, el transporte nacional, el transporte internacional, la distribución en supermercados. Bueno, cada uno de ellos va agregándole, de acuerdo a este método, las emisiones de esos sectores que emiten esencialmente combustible fósil, o sea, el carbón fósil, carbono que proviene del petróleo. Cuando se lo cargan a cada tonelada de carne, a esos sucesivos valores que le van incorporando, llegan con una carga de carbono altísima a las góndolas europeas”.

¿Qué método implementaron ustedes?

La idea nuestra es que sólo habría que computar las emisiones que ocurren a nivel del predio ganadero, y después es otra historia lo que viene después. Porque todos esos sectores están utilizando la energía fósil, o sea, combustible fósil, por lo tanto, aunque la ganadería en el predio también utiliza un porcentaje de combustible fósil, la principal fuente de emisión es el metano y el óxido nitroso que emiten los animales, pero son procesos biológicos, o sea, no es combustible, no es carbono de origen fósil el que puede generar el animal.

La ganadería no es la responsable…

Claro, la ganadería es un responsable muy menor dentro de las emisiones globales. Algunos trabajos recientes muestran que prácticamente el 90% de las emisiones que se emiten en el planeta provienen de la quema de combustible fósil, y el resto a otras causas. Por otro lado, nuestros sistemas de tipo pastoril tienen la capacidad de capturar carbono de la atmósfera. Con lo cual, cuando uno contabiliza las emisiones y contabiliza los secuestros o capturas de carbono, puede llegar a tener un balance de carbono positivo, o sea, generar créditos de carbono que compensan como crecen las emisiones del propio animal. Entonces, no tenemos que mirar solo al animal, tenemos que mirar al sistema ganadero como opera. El animal metido dentro del sistema.

Valor Agregado Agro