Pablo Wehbe, docente especialista en las Islas Malvinas, en su visita a las islas, visitó el Cementerio de Darwin, la Pradera del Ganzo, lugar de la batalla más sangrienta después de la Segunda Guerra Mundial y San Carlos, lugar del desembarco británico. 

“lo de hoy no tiene comparación, estuvimos en lugares demasiado sensibles para los argentinos”, agregó. 

Destacó además, que los lugares visitados y las Islas Malvinas en su totalidad, es “una belleza indescriptible, uno no puede creer que aquí haya habido una guerra”. 

Sin embargo, mencionó que la llegada al cementerio “destroza el corazón y no paran de caer las lágrimas, vimos tumbas que decían soldado conocido solo por Dios y en todas nos detuvimos a llorar, rezar y dejar nuestras plegarias”. 

Por otro lado, informó que durante el día de hoy, amanecieron en Puerto Argentino con 3º de temperatura y -1º de sensación térmica, “el frío atravesaba los huesos”, aunque aseguró que cuando llegaron al cementerio cambió el tiempo, “salió el sol y calmó el viento”. 

Aún así, su testimonio destacó lo impactante de escuchar los rosarios golpear contra las cruces de las tumbas. 

Wehbe, conmocionado, mencionó que mientras contemplaba el cementerio, “pajaritos hermosos, que parecían enviados por los veteranos, comenzaron a cantar con nosotros arriba de las tumbas”. 

“Finalizamos con una enorme plegaría a los familiares y veteranos, a quienes personalmente les pedí perdón, por una deuda que arrastro hace casi 41 años”. 

Luego, fueron a Pradera del Ganso, donde encontraron “el puentecito donde cruzaban para ir de una trinchera a otra”. 

Por último, estuvieron en San Carlos, lugar por donde llegó la flota británica a las islas. 

“Créanme que esto probablemente fue lo mas impactante que viví en mi vida, si antes sentía un respeto sagrado, ahora considero que si la divinidad existe, está en ellos”, concluyó.