Ojo de cerradura
Edición del 23 / 11 / 2024
                   
28/01/2024 12:10 hs

Pequeñas ardillas

- 28/01/2024 12:10 hs
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FOTOGRAFÍA DE BRUCE DALE

Cada 21 de enero se celebra el Día Mundial de las Ardillas y, según los lineamientos del Instituto Distrital de Protección y Bienestar Animal del Gobierno de Bogotá, Colombia, es una oportunidad de reconocer la importancia de esta especie en el equilibrio de los ecosistemas en el mundo. Actualmente, los roedores de la familia Sciuridae cuentan con un total de 279 especies y 51 géneros. 

Cada una de ellas varían en tamaño corporal, comportamiento y hábitat natural. En línea con la Animal Diversity Web (ADW por sus siglas en inglés), una base de datos en línea de historia natural de la Universidad de Michigan, Estados Unidos; las ardillas son importantes para el ecosistema porque sirven de alimento para una amplia gama de depredadores y contribuyen al esparcimiento de semillas y hongos subterráneos. 

En el siguiente artículo, la Redacción de National Geographic presenta una lista de cinco especies de ardillas que habitan las selvas, bosques e incluso ciudades latinoamericanas. Descubre algunos datos curiosos y cómo viven cada una de ellas. 

1. Ardilla de vientre rojo (Callosciurus erythraeus)

El primer roedor de la lista es oriundo del sudeste asiático y fue introducido en Argentina en la década de 1970 alrededor de distintas localidades de la provincia de Buenos Aires, dice el Sistema de Información de Biodiversidad de la Administración de Parques Nacionales (SIB) de Argentina. 

La ardilla de vientre rojo, también conocida como ardilla de Pallas, es una especie de tamaño pequeño, con pelaje suave, espeso y una cola amarillenta acompañada por 19 a 22 anillos de color gris o negro. Según la SIB, los ejemplares introducidos en el Río Luján de la Provincia de Buenos Aires, Argentina, fueron pensados con fines ornamentales hasta que un ejemplar escapó de su cautiverio.

Actualmente, la ardilla de vientre rojo prosperó en las zonas boscosas de dicha localidad y puede encontrarse incluso en áreas suburbanas. Dice la Administración de Parques Nacionales argentino que en algún momento la ardilla alcanzará otras selvas aledañas como el Delta del Río Paraná, haciendo de su expansión un hecho incontrolable. 

Según la Enciclopedia de la Vida (EOL por sus siglas en inglés), una base de datos que compila información de todas las especies de seres vivos conocidos en la Tierra; la ardilla de Pallas es una especie invasora que puede causar daño considerable a los árboles y competir con la fauna y flora nativa de la región que habita. 

De tal modo que la Unión Europea declaró al roedor como una de las especies exóticas invasoras de carácter preocupante para la entidad geopolítica. 

2. Ardilla boliviana (Sciurus ignitus)

El nuecero o ardilla boliviana es una especie de esciuromorfo propio de Latinoamérica. El roedor habita países como Argentina, Bolivia, Brasil, Ecuador y hasta los Andes del Perú, a más de 2 600 metros sobre el nivel del mar (msnm), indica la EOL. Sin embargo, los nogales son su fruto principal de alimento, por lo que prefiere adaptarse a bosques tropicales de yungas, a 900 y 2 500 msnm. 

Actualmente, al nuecero se le conocen cinco subespecies de Sciurus ignitus que se condicionan de acuerdo a la región que pertenecen. Entre ellas: Sciurus ignitus ignitus, Sciurus ignitus argentinius, Sciurus ignitus boliviensis, Sciurus ignitus cabrerai y Sciurus ignitus irroratus.

3. Ardilla gris misionera (Guerlinguetus brasiliensis)

En las selvas tropicales y bosques de Venezuela, gran parte de Brasil y el extremo nordeste de Argentina; se pueden encontrar ardillas autóctonas del subgénero Guerlinguetus. La ardilla gris misionera, conocida también en inglés como Brazilian Squirrel, es una ardilla de pequeño tamaño, cabeza redondeada, orejas medianas, ojos grandes y oscuros. 
Es un roedor diurno y solitario que se desplaza con destreza por los árboles del trópico sudamericano. Según indica la SIB, su alimento principal son las semillas y frutos de palmeras; aunque también puede comer insectos, huevos de aves y pequeños animales vertebrados. 

Uno de los datos más curiosos de su comportamiento es que, al comer, lo hace sentada sobre sus patas traseras, con la cola doblada en la espalda y sosteniendo el alimento con sus manos para roerlo. Además, puede usar su cola como balancín para trasladarse de un árbol hacia otro con grandes saltos y rapidez. 

4. Ardilla roja de Junín (Sciurus pyrrhinus)

La ardilla roja de Junín se puede encontrar en todo Perú, en hábitats que van desde las tierras bajas tropicales hasta las estribaciones montañosas en la localidad peruana Madre de Dios, ubicada entre 300 y 1 500 msnm. Si bien son endémicas del país andino, la ADW estima que el área de distribución de la especie se extiende más al norte de las laderas orientales de los Andes debido a un antiguo ejemplar encontrado en Zamora, Ecuador, en el año 1920. 

Son esciúridos arbóreos de gran cuerpo, de pelaje rojizo uniforme que suele confundirse con las ardillas rojas del norte del Amazonas (Sciurus igniventris), siendo estas últimas más grandes en tamaño y de pelaje menos uniforme y anaranjado. Son ardillas que pueden habitar bosques tropicales de alta y baja elevación y, a diferencia de otras especies de animales, son capaces de tolerar altos niveles de perturbación antropogénica, es decir, regiones de trabajo y tala de árboles activamente. 

Entre los comportamientos más interesantes de la ardilla roja de Junín, la Animal Diversity Web destaca que estos ejemplares construyen nidos con forma de bola para anidar y criar a sus crías. Además, suelen ingerir tierra además de alimentos típicos de esciuromorfos como semillas y frutos. Esto se debe a que intentan complementar su dieta con minerales que no pueden obtener de su dieta habitual.

5. Ardilla de cola roja (Sciurus granatensis)

Autóctonas de América del Sur y América Central, las ardillas de cola roja habitan el norte de Costa Rica, el sur de Venezuela, Colombia, Panamá y Ecuador. Según la ADW, su extensión territorial abarca desde las costas sobre el nivel del mar hasta los bosques tropicales de Venezuela, a 3 000 metros de altura. 

Son animales solitarios al igual que otras ardillas descriptas en el artículo, aunque pueden ser vistas en pareja al momento de reproducirse, alimentarse o cuidar de sus crías. Dicen los datos de la Animal Diversity Web que pasan proporcionalmente todo el día sentadas (64%) y destinan poco tiempo a realizar actividades varias como treparse, saltar o perseguirse entre sí. 

Son hábiles dispersoras de semillas, lo cual contribuye con la forestación y el transporte de plantas y alimento a otras regiones de su hábitat. De acuerdo con la ADW, las ardillas de cola roja dispersan semillas y frutos con los que se alimentan y contribuyen a la dispersión de esporas de hongos y flores. 


National Geographic

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