Flavia Ochoa, de 39 años, oriunda de Coronel Moldes, se colocó la tercera dosis de AstraZeneca en enero del 2022, luego fue diagnosticada con síndrome de Guillain-Barré con cuadriparesia y no pudo seguir trabajando.

Luego de que AstraZeneca anunciara que dejaba de comercializar en Europa la vacuna contra el Covid-19, Flavia Ochoa presentó una demanda individual en contra del laboratorio que creó la vacuna y en contra de la Anmat en la Justicia Federal de Río Cuarto. 

La demanda es por 100 millones de pesos y se aduce que la vacuna le provocó una reacción secundaria que la obligó a pedir un retiro por incapacidad laboral. 

En diálogo con Micrófono Abierto, Ochoa contó que se se había puesto dos dosis de Sinopharm que no le habían generado ningún efecto, “después de ponerme la AstraZeneca a la mañana, a las 7.30 de la tarde empecé con dolores, con calambres fuertes, y ya después no pude mover los brazos, las piernas, no me podía movilizar”. 

Flavia contó que después de esta situación se acercó al hospital de su localidad, y le dijeron que era una alergia a la vacuna, “no lo asociaron con otro diagnóstico”.

Ochoa no movía brazos, ni piernas, con el tiempo ha recuperado cierta movilidad. 
Posteriormente ante la falta de resultados del antialérgico fue derivada a Río Cuarto y comenzaron a realizarse otros estudios hasta que determinaron el diagnostico del síndrome de Guillén Barré. 

De acuerdo a lo expresado por Ochoa si bien el síndrome de Guillén Barré puede disminuir su efecto en el tiempo, la mayor recuperación se da en el primer año y la mujer afectada comentó que ella podrá recuperarse un poco más, pero no volverá a movilizarse como antes de la vacuna. 

La demanda planteada por Ochoa expresa la inconstitucionalidad de la ley de vacunas que le dio inmunidad a la empresa para estos juicios. 

Además le tendrían que haber dado un informe de qué es lo que le ponían, antes de colocarle la vacuna y los efectos que le podría causar.


MICRÓFONO ABIERTO / foto: Radio Ciudad de Coronel Moldes