Así lo indicó Germán Tinari, que informa desde Río Cuarto y se mete en el maizal buscando a la chicharrita.
El periodista agropecuario cordobés Germán Tinari tiene una sonrisa contagiosa y una tonada campechana que seguramente resultan ser su mejor arma a la hora de evitar reproches cuando hace preguntas picantes a sus entrevistados. Suele hacerlas con mucha frecuencia, porque Germán no es amigo de que se esconda nada.
Germán trabajaba haciendo la prensa en la Sociedad Rural de Río Cuarto. Pero le debe su debut en el mundo del periodismo agropecuario a uno de los veteranos en la materia que tuvo esa ciudad del sur provincial. Fue el ya fallecido Jorge Vicario, que escribía sobre campo en el diario El Puntal, quien lo convocó para conducir junto a él un programa de radio en 2007, al que le pusieron como nombre Valor Agregado. Hoy continúa con ese producto pero además ha montado una página web donde pública todo el esfuerzo de su intenso trabajo, ya sea en un congreso como A Todo Trigo en Mar del Plata, donde nos cruzamos, o en medio de un campo de maíz plagado de chicharritas.
Mirá la entrevista a Germán Tinari:
Tinari es un producto genuino de Córdoba. Nació en un pueblito llamado General Baldissera, que está ubicado a unos 60 kilómetros de Marcos Juárez, y allí creció hasta que marchó a estudiar Comunicación en la Universidad de Río Cuarto. “Me recibí, ahí me casé, y me quedé viviendo en Río Cuarto, aunque ahora me fui a vivir pegadito, a 25 cuadras, en Las Higueras”, relata.
-Flor del lugar te buscaste para hacer periodismo agropecuario. Ahí tenés un núcleo duro agropecuario. Haces diez cuadras y tenés una nota en vivo en medio del campo… Maíz a pleno, desde biocombustibles a ganadería.
-Y cerdo. Y garbanzos. Maní al toque. Tenemos de todo. La verdad que es un placer y un lujo porque si quiero hablar de bioetanol, tenemos las tres etanoleras más grandes a 40 kilómetros a la redonda. Tenemos todo ahí cerquita y se puede trabajar muy bien, muy cómodo. Lo llamativo también que es laburás hasta cómodo con la parte del gobierno. Y eso que a veces soy crítico del Gobierno de Córdoba.
Germán cuenta que una vez alguien le propuso pasar a trabajar desde Buenos Aires.”Dije que ni loco, si estoy a dos cuadras de toda la producción. Yo salgo de mi casa, hago 500 metros y ya tengo maíz, Es decir, estás en el lugar indicado, aunque tiene sus pros y contras”.
-Cuando estudiaste Comunicación en Río Cuarto, ¿había una materia sobre periodismo agropecuario?
-No. Qué buena pregunta. La única parte agropecuaria que teníamos era en cuarto año, Comunicación impresa aplicada, que te obligaba a ir a cubrir la Exposición Rural. Se sigue haciendo. Había que arreglarse. Yo vengo de campo y más o menos conocía, pero la mayoría de los chicos no conocían Después, a lo largo de los años que termino trabajando yo en La Rural, me tocó a mí recibir a los estudiantes.
-¿Hay un déficit en la formación entonces?
-Falta esa cosa tan linda que tiene que ver la comunicación agropecuaria… Desde el lugar en que estoy ahora con los colegas de Córdoba me toca transitar por una etapa muy linda en la que si Dios quiere saldrá una carrera de comunicación agropecuaria con la Universidad de Córdoba. Ahora logramos una diplomatura, se va a hacer una que la aprobó la Universidad Nacional de Córdoba y la idea es que salga la carrera de Comunicador Social Agropecuario.
-Serían pioneros en el país si sale eso.
-Bueno, en eso estamos y están trabajando mis colegas (se refiere a la conducción del Círculo de Periodistas Agropecuarios de Córdoba). Ya está aprobado un Instituto de Comunicación Agropecuaria, hay un directorio que lo conforma el Círculo Periodista y la Universidad, y después va a haber un Consejo consultivo donde van a estar todas las entidades, organizaciones ambientales que van a asesorar sobre esa nueva carrera. Pero es un largo proceso.
-El campo siempre se queja de que comunica mal y que no se lo entiende, pero también es cierto que no ha hecho casi ningún esfuerzo para que los periodistas sepan algo de campo.
-Nada. No hacen ningún esfuerzo. Comunican mal. Yo se los digo siempre. Seguro que a alguno le va a doler esto que digo, pero comunican mal, no ponen plata en comunicación. Se los digo abiertamente, tienen que poner plata en comunicación. Yo elogio la comunicación fantástica de la Fundación FADA. Es muy creativa, y sirve para decir cuánto se lleva el Estado, o que de un pedazo de pan vos pagás esto en impuestos. Eso se llama comunicación. Se llama invertir en ese tipo de mensaje. El mensaje claro que tienen que tener las entidades del campo y el campo es un mensaje unificado. Pero claro, a veces las diferencias entre las mismas entidades no les permite hacerlo y a veces eso nos complica la tarea a nosotros.
-¿Y qué te sedujo a vos de la comunicación agropecuaria? ¿Es por tu origen?
-Yo soy feliz haciendo periodismo agropecuario. Yo festejo cuando estoy en el medio de un campo con frío o con 50 grados de calor y me río y lo festejo. Me encanta.
-El otro día te vi rodeado de chicharritas…
-Es cierto. Me metí al medio de un lote, llovía. Me puse las botas, me fui con dos ingenieros. Saqué fotos de la famosa chicharra. Es apasionante esto. Yo creo que somos pocas las personas en el mundo que tenemos la posibilidad de laburar en lo que nos gusta.