Una infinidad de casos exitosos
La marca nipona con su icónico fontanero, que unía juego y música a la perfección, fue de los primeros éxitos que aparecieron en el mercado, pero no es la única que a uno le puede venir a la memoria. SEGA rápidamente se sumó a la tendencia con Sonic, no solamente diseñando una melodía pegadiza, sino que añadiendo ruidos puntuales según cada acción que iba realizando el erizo azul a lo largo de su carrera, como la consecución de anillos dorados. El resto es historia, pues en los años 90 y principios del siglo XXI la gran mayoría de propuestas de entretenimiento de este tipo tenían equipos y orquestas propias para ambientar todo aquello que sucedía.
Tal es el crecimiento en importancia dentro de la industria, que productoras de primer nivel han llegado a contratar compositores especializados en cine como Hans Zimmer, ganador del Oscar en el año 2022 con Dune, para diseñar el audio de productos como Call of Duty. Y es que en la actualidad, una experiencia de este tipo no solamente se basa en la historia y la partida, sino que es un conjunto de imágenes y sonidos como si de una obra de arte se tratase. No es de extrañar, pues, que muchos aficionados recuerden más los videojuegos que les marcaron por las emociones que les generó la ambientación que por la trama o las misiones en sí.
Un campo diferente a los mencionados donde la música tiene mucho peso es en el extenso abanico de títulos de las máquinas tragamonedas, pues la banda sonora actúa como un elemento más de toda la vivencia como lo hacen los grafismos o la jugabilidad. Colabora en la temática, involucrando de una forma más directa al usuario dentro de la actividad, a la vez que en ocasiones sirve para amenizar y dotar de cierto dinamismo el giro de los rodillos. El folk irlandés acompañando símbolos como los tréboles y duendes, o los icónicos ritmos de los mariachis en temas mexicanos son de lo más habitual en esta opción del casino online.

Como sucede con los grafismos y la tecnología aplicada a este sector, se espera que en un futuro a corto plazo esta apuesta se incremente y vaya a más, tratando de buscar una total integración en la partida como consiguen títulos como The Last of Us o Red Dead Redemption 2. Incluso ha emergido una rama específica de profesionales compositores, y estudios como consecuencia de ello, que se dedica exclusivamente a encontrar las mejores melodías para acompañar una partida, siempre sin perder la esencia con la que se inició: emocionar e involucrar al internauta lo máximo posible.
¿Qué debe tener una buena banda sonora?
Más allá de los aspectos básicos y esenciales de cualquier ambientación musical, en el campo del juego se tienen que responder a unas características específicas. La primera, proporcionar ritmos pegadizos que tengan una evolución dentro de la historia a medida que esta avanza y se transforma. La segunda, que se adapte y se ponga en la propia piel de aquello que puede ir sintiendo el jugador, como es el caso de los sentimientos, logrando así una mayor inmersión. En ambos casos, se requiere de cierta versatilidad, pues no es una experiencia lineal como en otras actividades, sino que presenta altibajos con el paso del tiempo.
Por otro lado, esta apuesta irá estrechamente vinculada al género o categoría que tenga el pasatiempo en cuestión: no es lo mismo una tragamonedas de ambientación festiva que un videojuego de ciencia ficción. En cada caso, se tiene que hacer encajar aquello que sucederá en la pantalla y acompañarlo de una forma sutil y no invasiva. Todo este proceso, como es habitual en los tiempos actuales, está acompañado de herramientas tecnológicas que ayudan a los profesionales tanto en los instantes iniciales como en la composición final: la planificación, la orquestación, la grabación, la mezcla de sonidos o el encaje final