Licenciado en Psicología Francisco Pipino dialogó con Micrófono Abierto acerca de los hechos de violencia familiar que se observan en aumento en la ciudad.

Pipino en diálogo con Gabriel Martella, Mabel Sánchez y Vanesa Piccatto planteó que “hay que tener presente que estamos viviendo en una época en donde la violencia está marcando el ritmo de nuestros días en general. La violencia intrafamiliar, extrafamiliar, son situaciones que llaman al análisis, pero no es reciente, esto es algo que ya viene desde hace unos 5 años.

El Licenciado en psicología planteó que se viven situaciones diarias en las que se observa que el nivel de tolerancia ha descendido, “mediado por la necesidad de resolver inmediatamente cualquier conflicto que tengamos”. 

La falta de tolerancia a todo nivel en distintos ámbitos, “nos hace cuestionar en muchos sentidos nuestra propia existencia” expresó Pipino, y consideró que es importante que en el ámbito familiar se reflexione sobre el tema y pensar qué es lo que se transmite y cómo se vive la convivencia intrafamiliar e interfamiliar.

Frente a la escasa tolerancia social, Pipino planteó que “es absolutamente necesario que nos replanteemos la fragilidad del vínculo, analizar desde dónde  nos vinculamos con los seres queridos. Porque esa fragilidad, esa violencia que es la que no se ve, es la que está mediando cada situación, cada relación que nosotros vamos teniendo con las personas con las que convivimos y compartimos espacios comunes y diarios. Entonces, es absolutamente importante que nosotros pensemos cómo fortalecer nuestro vínculo familiar, nuestros lazos, y cuáles son los límites”.

Agregó que muchas veces los vínculos “se basan en una confianza que termina siendo una cuestión de par o de amiguismo en donde el límite no está claro, no está bien determinado, ni bien aprendido”. 
Tener claro estos límites ayuda a tener cierto grado de conciencia sobre la forma en que las personas se vinculan y poder fortalecer los mismos.

Consultado sobre cómo vincularse manteniendo los límites, consideró que es necesario “entender que somos dos personas diferentes, que podemos tener nuestros tiempos y podemos reaccionar de maneras distjntas ante situaciones diferentes o las mismas. Por otro lado hay que comprender que los límites son necesarios y trabajar y comprender los mismos, porque sino quedamos sumidos únicamente a que son órdenes. Hay que entender que son límites con amor, y como sociedad aprender a tomarnos el tiempo necesario para poder comprender la situación. Entender las emociones, transitarlas y poder manifestar lo que nos pasa es una buena manera. Para eso hay que trabajar muchísimo y tenemos que estar dispuestos”.

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