" No se trata de inculcar el asombro sino a respetarlo, eso es lo que explicamos en las conferencias y en los libros,  respetando los ritmos, la inocencia, la sed de belleza, la sed de misterio, la naturaleza, que son cosas que con el ritmo de vida frenético, hiper exigente, con las pantallas excedentes , es necesario  recuperar ese deseo de conocer que los niños tienen ", explicó la especialista.

Por otra parte consideró : " Creo que podemos hablar de métodos de educación,  de mil cosas, pero si no vamos al fondo, no hablamos de los fundamentos de la educación, la teoría educativa, la filosofía de la educación, o sea, cuál buscar  es el modelo de persona que queremos, la razón de ser de un colegio, qué significa educar. Si no respondemos a esas grandes preguntas, yo creo que estamos dando muchas vueltas sin sentido".

"Cuando damos a todos los niños antes de que pidan algo, lo que estamos logrando es aniquilar el sentido del asombro y el deseo que tienen, porque acaban dando todo por supuesto, que es lo contrario del asombro. El asombro es pues esa actitud de no dar nada, por supuesto. Por lo tanto, pues si queremos matar el asombro, lo mejor es darle todo lo que quieren, efectivamente", resumió la destacada escritora en diálogo con LV16 y ante un auditorio repleto en el Viejo Mercado.