Kshamenk es la única orca que vive en cautiverio en Sudamérica. Quedó varada en la costa y fue rescatada por el oceanario Mundo Marino, en San Clemente, en donde vive desde 1992. En el último tiempo, la presión para que sea liberada es cada vez más grande. La movida principal la organiza Roberto Bubas, un guardafauna que lanzó una campaña por las redes sociales. Y Nancy González, diputada nacional por Chubut, presentó un pedido al Congreso para que se acelere su traslado.

Sin embargo, la cuestión no sería tan simple porque, esta semana, investigadores del Conicet advirtieron los riesgos que implicaría ese traslado: Kshamenk vive hace 20 años en un ambiente “amigable” y, si llegara a ser trasladada a un hábitat natural, su vida correría riesgo. Y además podría contagiar a otros animales que viven en la zona de Península Valdés.

“El animal pierde habilidades, no importa que haya vivido 5 años en su hábitat natural. En pocos meses pierde esa condición y no podría alimentarse”, explica el biólogo marino Ricardo Bastida, investigador del Conicet y ex miembro de la fundación Mundo Marino. “No hay antecedentes en el mundo que hayan estado en acuario y que hayan podido sobrevivir a un traslado”, dice Bastida. Otro investigador del Conicet, Enrique Crespo, declaró esta semana que Kshamenk va a ser rechazado por el grupo de orcas residentes en la zona, fundamentalmente porque se trata de un macho adulto, y los machos de la manada no van a permitir que otro macho se acerque y pueda copular con sus hembras”.

Pero Roberto Bubbas, principal promotor del traslado de Kshamenk, argumenta que el gobierno de Chubut está entusiasmado con la idea del traslado y que, si se diera la liberación, podría hacerse en camión (18 horas) o en un avión Hércules (6 horas).

La diputada nacional por Chubut Nancy González presentó en Diputados una declaración para que el Estado Nacional se sume a las gestiones para que Kshamenk sea “entregada a las autoridades de la provincia de Chubut, con el fin de iniciar un programa científico de rehabilitación y readaptación en las costas del área Natural Protegida Península Valdés”.

Desde Mundo Marino dicen que es la orca que está en mejores condiciones físicas de todo el mundo.
“Tenemos grandes posiblidades de éxito –dice Bubas–. Pero si Kshamenk muriera, en el traslado o en su posterior adaptación, para mí igual sería un éxito, porque en cualquier momento va a morir en una pileta. La liberación sería un mensaje conceptual y filosófico para todo el mundo, para decir que los animales no tienen que vivir en cautiverio”.