De acuerdo con la estadística, tenía más posibilidades de ser alcanzado por un rayo que de ganar la lotería. Pero la suerte estuvo de su lado y eso fue más que todos los pronósticos en contra. Hasta anoche, había un único ganador de la superlotería de Estados Unidos, que recibirá un premio cercano a los 600 millones de dólares.
 
La información oficial consignó un billete ganador en el estado de Florida. De inmediato, comenzó la pesquisa para corroborar el dato e identificar al supuesto ganador de lo que, hasta ahora, es el premio más suculento de la historia en su tipo para una sola persona.
 
El año pasado hubo un pozo mayor, pero fue repartido entre tres ganadores. Esta vez, el ignoto favorecido es solamente uno, con lo que toda la fortuna en juego queda para su beneficio. Serán unos 590 millones de dólares, pero se reducirán casi a la mitad por efecto del fisco, si es que decide cobrarlos en efectivo y en el acto.
 
La recompensa corresponde al llamado Powerball, un juego de azar en el que los boletos cuestan dos dólares cada uno. El ganador debe acertar una serie de seis números, cinco de ellos fijos y uno adicional, como extra.
 
Esta vez, la combinación favorecida fue 10, 13, 14, 22, 52, más el 11 como número extra. Para los amantes de la estadística, se estima que acertar la jugada encierra una posibilidad entre 175 millones.
 
Es por eso que suele señalarse que es más fácil ser alcanzado por un rayo que ganar el premio. En este país, la posibilidad de ser alcanzado por ese fenómeno meteorológico es bastante más generosa: una entre 280.000.
 
La noticia de que había un ganador cerró una semana signada por las bromas, cábalas e intensas compras de boletas. "¿No se lleva el Powerball?", fue la pregunta de rigor para muchos de los escépticos que optaron por mantenerse al margen del furor.
 
Un eco que se repetía en estaciones de servicio, supermercados y farmacias, que son los principales puntos de venta del concurso.
 
Fueron esas ventas las que nutrieron el premio, según informaron los organizadores. Eso y el hecho de que dos pozos anteriores hubiesen quedado sin ganador.
 
La demanda aumentó en las últimas 72 horas antes del sorteo, cuyo resultado se conoció en la madrugada de ayer. Hasta el miércoles, el pozo era de poco más de 370 millones de dólares. Para el cierre de boletas, en la tarde del sábado, ya casi se había duplicado por las compras masivas.
 
La suerte, sin embargo, fue para uno solo, que, anoche, se resistía a darse a conocer.
 
Fuente: La Nación