La política de desaliento a las ventas al exterior hizo que cayeran 76% desde 2005; así, el país es superado por sus socios del Mercosur.
Última y cómoda. La Argentina, históricamente uno de los mayores abastecedores de carne vacuna del mundo, en 2012 fue, de los cuatro socios originales del Mercosur, el que menos exportó.
Las estadísticas muestran con toda crudeza que la Argentina quedó última en el ranking. Según el Instituto de Estudios Económicos de la Sociedad Rural Argentina (SRA), el primer puesto en 2012 fue para Brasil, con 1,3 millones de toneladas de res con hueso; en segundo lugar, Uruguay (350.000 toneladas); tercero, Paraguay (210.000), y la Argentina aparece relegada al cuarto puesto (183.000).
Detrás de estos pobres resultados está la política que viene implementando el Gobierno desde 2006. A partir de esa fecha, a la tasa de retenciones del 15% que paga la carne se le sumaron el cierre de mercados, controles de precios, la obligación a los frigoríficos para que vendan una parte en el mercado interno a precios de quebranto y un mecanismo de obtención de permisos de exportación (los ROE), que sólo autoriza el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.
Por si fuera poco, el atraso cambiario está sacando de mercado a los exportadores, que hoy reciben por cada dólar exportado alrededor de 4 pesos.
"Debido a la intervención en la cadena, el país perdió exportaciones y el sector exportador, rentabilidad", expresó Ernesto Ambrosetti, economista en jefe de la Sociedad Rural Argentina (SRA). Y agregó: "Perdimos puestos importantes, y esos espacios que dejó la Argentina los han ocupado Uruguay y Paraguay".
En 2005, la Argentina fue el tercer exportador de carne del mundo, con 771.000 toneladas. En 2012, con las 183.000 toneladas vendidas, cayó al puesto número 11.
Uruguay y Paraguay no experimentaron cambios abruptos en el ranking global como lo hizo la Argentina. Uruguay estaba en el séptimo puesto en 2005, y en 2012 se ubicó octavo. Ese país incluso conquistó mercados a los que hoy no llega la Argentina con su carne, como México y Estados Unidos. Además, en Europa sedujo a importadores que hoy le compran carne de feedlot en una proporción superior a la tradicional cuota Hilton, de cortes de alto valor.
Por el lado de Paraguay, en el ranking global en 2012 mantuvo el 10° lugar que tuvo en 2005.
Pero el caso paradigmático es el de Brasil: en los 90 importaba carne vacuna y en 2012 se ubicó segundo en el ranking de exportadores, apenas por debajo de Australia.
"En el caso de la Argentina, esta disminución [en las exportaciones] tiene que ver con una política de gobierno intervencionista, asociada a sostener el precio de la carne en el mercado interno a un nivel accesible, con lo cual el volumen exportado quedó sujeto al volumen de oferta mensual y a la demanda interna. A esto se agrega la falta de competitividad que experimenta hoy la exportación, producto del atraso cambiario y de las exigencias que tiene que cumplir en el mercado interno para poder exportar", subrayó Nieves Pascuzzi, economista del Instituto de Estudios Económicos de la SRA.
Víctor Tonelli, consultor, coincidió en que la mala performance de la Argentina en las exportaciones de carne vacuna es "ciento por ciento por la política" del Gobierno. Y anotó en esa política las restricciones para exportar, el tipo de cambio "poco competitivo" y la obligación a los frigoríficos para que por cada 2,5 toneladas que exportan una se venda localmente al 50% de lo que vale en el mercado interno.
"Los costos internos han subido y el dólar corrió detrás de la inflación, que se comió la competitividad de la exportación. Encima, el exportador debe competir con Brasil, Uruguay y Paraguay, que no tienen retenciones a la carne", indicó Tonelli.
Otro dato que marca diferencias entre la Argentina y sus vecinos es el stock bovino. La Argentina fue el país de la región que más perdió hacienda. Los 57 millones de cabezas de 2007 cayeron a 48 millones en 2010 y ahora se ubican en 51,7 millones. Brasil incrementó su rodeo entre 2005 y 2012 de 173,8 a 187 millones de cabezas.
La semana pasada, el ex ministro de Agricultura y ahora presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, dijo: "Los argentinos atravesamos los diez años de mayor éxito que ha tenido el sector agropecuario". Norberto Yauhar, el actual ministro de Agricultura, no fue menos y sostuvo que "el lugar que hoy tienen los productores es resultado de esta década ganada". A juzgar por las estadísticas, para la carne esa afirmación no se hizo realidad.