La superstición y la fe religiosa siempre tuvieron peso propio en el fútbol en general y, muy en particular, en el fútbol argentino. El seleccionado nacional no escapa a esa dualidad y mucho menos si quien lo sobrevuela desde su cargo de Secretario es Carlos Salvador Bilardo, que suele otorgarles casi tanta importancia como tener a Messi y Agüero en el plantel.

Entre las cábalas o costumbres -como prefiere llamarlas Bilardo- de la delegación argenta hay una que salta rápidamente a la vista en la concentración: no existen las habitaciones 13 y 17, “la yeta” y “la desgracia”, respectivamente. Entre las 12 y la 14 figura la número 33, “la edad de Cristo” en la jerga quinielera, retoma con la 14 y después de la 16 viene la 77, “piernas de mujer”, para luego continuar con la 18 y seguir de corrido hasta la 53.

Sin embargo, no pudieron evitar los fatídicos números en los dorsales de las camisetas ya que la FIFA, por ahora, no contempla esas creencias: Augusto Fernández vestirá la casaca 13 y otro Fernández, Federico en este caso, la número 17.

La fe religiosa queda plasmada en tres hechos. Por una iniciativa de la AFA, en una pared del complejo que desde hoy habitarán nuestros players hay una enorme imagen del futbolero Papa Francisco con los jugadores argentinos que visitaron el Vaticano en agosto del año pasado, cuando el seleccionado jugó y ganó un amistoso ante Italia. En la foto aparecen cuatro futbolistas que ya no integran el plantel para esta Copa del Mundo: Ever Banega –desafectado hace pocos días-, Oscar Ustari, Fabricio Coloccini y Francisco Cerro.

Bilardo hizo bendecir en la Capilla San Francisco de Asís, ubicada en el predio que la AFA tiene en Ezeiza, una figura de la Virgen de Luján que él mismo trasladará hasta Belo Horizonte. De la misa se encargó el capellán Juan José Molina, quien, además, oró por el bienestar de los jugadores.

La idea de Bilardo es que los días de partido la Virgen de Luján esté en el vestuario argentino, pues supone que ese acompañamiento puede ser determinante para ganar la Copa del Mundo, como ocurrió en México 86, cuando siendo el entrenador del seleccionado apeló a esa “costumbre”. Claro, entre los que entraban a la cancha estaba la mejor versión de Diego Armando Maradona. Ahora estará Messi.

También en un rincón del Complejo donde residirá el seleccionado hay una virgencita negra, Nuestra Señora de Aparecida do Norte, originaria de la ciudad paulista que lleva su nombre, junto a San Expedito y otras imágenes de la Iglesia Católica. Pero en esto ni Bilardo ni la AFA tuvieron algo que ver…(Entre mujeres)