Testimonios e imágenes de los hinchas brasileños luego del partido.
El empate fue un resultado justo porque Brasil nunca encontró la forma de dominar a su rival y si bien generó cuatro situaciones claras para anotar, falló en la definición y se encontró siempre con la resupuesta del arquero visitante Guillermo Ochoa, la gran figura de la cancha.
El primer tiempo fue aburrido, impreciso, trabado y con contadas situaciones de peligro. El escenario ideal para México, que desde el comienzo se mostró como un equipo sin grandes ambiciones ofensivas.
El escenario planteado estuvo planteado con Brasil dominando el desarollo, el monopolio del domino del balón y jugando en campo visitante, mientras que México, ordenado en defensa con dos líneas de cuatro, se dedicó a esperar al rival y apostar su suerte ofensiva a alguna réplica, que nunca se dio.
A pesar del panorama favorable, Brasil no tuvo ideas ni profundidad para sorprender a su rival. Neymar, parado como enganche clásico, estuvo demasiado desconectado con los delanteros y no fue desequilibrante cuando tuvo la pelota y quizo hacer alguna jugada individual.
De todas formas, la jugada más clara de la etapa inicial la tuvo el delantero del Barcelona, con un cabezazo, después de un centro de Dani Alves desde la derecha, que el arquero mexicano Guillermo Ochoa sacó de gran forma estirándose hacia su derecha.