La mayoría de los jóvenes reconocer no contarle la situación a sus padres, por temor a las represalias de la persona con la que mantienen la relación afectiva.

Las amigas señalan que en un punto, las víctimas comienzan a alejarse del grupo e incluso a borrarlas del Facebook.

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Cada vez más colegios en el país están preocupados por los noviazgos, por lo que realizan talleres en las aulas, para prevenir. Sin embargo, todavía el tema no está incorporado en las currículas de todos los secundarios como marca la Ley de Educación Sexual Integral (ESI), que fue sancionada en la Argentina ocho años atrás.

“No hay mucha discusión en esto y sin embargo, es algo que nos afecta mucho. Hemos evolucionado tanto, hemos crecido tanto tecnológica y científicamente, pero también hemos crecido en estas cosas que son enfermedades” señala Mabel Sánchez.

El año pasado, la defensoría del pueblo de la provincia, realizó una encuesta en la ciudad de Córdoba que podría ser aplicable a Río Cuarto o a cualquier otra ciudad del país. Se efectuó sobre 114.047 jóvenes de entre 15 y 19 años durante el año 2013.

Entre los datos que arrojó la misma, se refleja que el nivel de confianza es del 95% y el margen de error del 4%. De los 505 casos que tienen o han tenido una relación afectiva adolescente el 91,9% reconoció la presencia de al menos un indicador de violencia psicológica en sus relaciones. El 30% violencia física y sexual.

Según la Organización Mundial de la Salud, 3 de cada 10 adolescentes sufren violencia en el noviazgo. Después, en el matrimonio casi siempre viven violencia física, sexual y psicológica.

 

• Te pone apodos o te llama de maneras que te desagradan, sobre todo en público.
• Ha intentado chantajearte sentimentalmente, o lo has descubierto mintiendo y engañándote.
• Trata de controlar tus actividades, con quién sales, revisa tu celular e incluso te hace prohibiciones.
• Te cela, insinúa que andas con alguien más, o te compara con sus ex novias.
• Ha destruido alguna posesión tuya (cartas, regalos, celulares).
• Identificas que te “manosea” o hace caricias agresivas.
• Te ha golpeado argumentando que es “de juego”.
• Ha ocurrido violencia física: cachetadas, empujones, patadas hasta puñetazos.
• Amenaza con golpearte, encerrarte, dejarte o incluso con matarte.
• Te obliga a tener relaciones sexuales o incurre en violaciones.

 



Columna: Mabel Sánchez
Fuente: informe 16 - LV16.com