"Celebramos, de veras, este paso fundamental en La Habana hacia un pleno acuerdo para poner fin a medio siglo de conflicto. Continuaremos con el proceso con prudencia y responsabilidad", tuiteó ayer el presidente Juan Manuel Santos, tras conocerse el acuerdo.
 
El anuncio se dio en un acto formal en el Palacio de Convenciones de La Habana en el que estuvieron presentes los negociadores del gobierno y de la guerrilla, y representantes de los países garantes del proceso (Cuba y Noruega) y de los países acompañantes (Venezuela y Chile).
 
"El acuerdo [sobre desarrollo agrario] busca que se reviertan los efectos del conflicto y que se restituyan [recompensen] las víctimas del despojo y del desplazamiento forzado", dijo el diplomático cubano Carlos Fernández de Cossío.
 
Humberto De la Calle, en nombre de la delegación que representa al presidente Juan Manuel Santos, se dirigió a los periodistas: "Puedo afirmar con certeza que lo acordado en el tema agrario permite transformar de forma radical la realidad rural''.
 
El tema agrario es fundamental en las negociaciones de paz, debido a que las demandas campesinas están en la génesis de la formación de la guerrilla de inspiración marxista, surgida en 1964.
 
Algunos aspectos de este primer punto, sin embargo, no habrían tenido el visto bueno total. Así lo dejó translucir Iván Márquez, comandante de las FARC. "Hemos avanzado en la construcción de un acuerdo con salvedades puntuales que necesariamente deberán ser retomadas antes de la concreción de un acuerdo final'', dijo a la prensa. Los negociadores recordaron además que uno de los principios del proceso de paz es que "nada está acordado hasta que todo esté acordado", es decir, que la aplicación de los acuerdos que se vayan construyendo está condicionada a que se logre un tratado definitivo.
 
Un alto funcionario involucrado en las conversaciones dijo que los últimos puntos de desacuerdo sobre la reforma de la tierra giran en torno a, por ejemplo, una demanda rebelde para limitar el tamaño de las propiedades extranjeras, entre otras cosas.
 
Las partes anunciaron el consenso logrado en aspectos como el acceso y uso de la tierra, las tierras improductivas, la formalización de la propiedad, la frontera agrícola y la protección de la zona de reserva, según un comunicado conjunto de la mesa de negociación, leído por Fernández de Cossío y Dag Mylander, representante de Noruega. El gobierno colombiano y las FARC también llegaron a un acuerdo en materia de programas de desarrollo con enfoque territorial, infraestructura y adecuación de tierras y el impulso al desarrollo social en el campo en áreas como la salud, educación, vivienda y la erradicación de la pobreza.
 
El anuncio se produjo al cierre del noveno ciclo del proceso de conversaciones que las partes llevan adelante en La Habana. La mesa de negociaciones se instaló formalmente en Oslo en octubre de 2012 y, posteriormente, se trasladó a la capital cubana en noviembre de ese año. El ritmo de las conversaciones y la tardanza en llegar a un acuerdo sobre el primer punto de la agenda fueron fuente de críticas en Colombia.
 
Las conversaciones se retomarán el 11 de junio con una nueva ronda en la cual tratarán el tema de la participación de la guerrilla en la vida política de Colombia una vez que se alcance la paz.