“Nuestro objetivo es convertirnos en los programadores de contenidos del mundo”, afirmó Ted Sarandos, jefe de contenidos de la plataforma Netflix, durante la conferencia a sala llena que ofreció en el Mipcom, la feria más importante del mercado audiovisual que se celebra en la ciudad francesa de Cannes.
“No apuntamos a ser programadores ceñidos a una porción demográfica determinada, sino que nuestro objetivo es programar para el mundo entero donde Netflix funcione como un canal más de televisión”, afirmó Sarandos ante un centenar de asistentes de más de 100 países que colmaron el auditorio principal del Palais des Festival.
Netflix es una plataforma de Internet que provee series y películas online bajo el sistema “on demand” (dónde y cuándo el usuario desea) a cambio de una tarifa plana y fija.
Concebida en 1997 como un sistema de alquiler de videos a través de Internet, esta empresa norteamericana fue mutando hasta convertirse en el proveedor de contenidos más importante del mundo: en la actualidad posee más de 50 millones de usuarios en alrededor de 70 países.
“En la actualidad buscamos modificar nuestro rol: apuntamos a dejar de ser distribuidores de contenidos para transformarnos en programadores; algo así como una nueva forma de canal televisivo”, dijo el empresario sobre la plataforma que hace algunos años comenzó a incursionar en la producción de series originales.
Y con el éxito obtenido a través de ficciones exclusivas como “House of cards” y “Orange is the new black”, Netflix va por un nuevo camino de su modelo de negocios.
“Para nosotros, estamos ante la era dorada de las ficciones”, dijo Sarandos y destacó la importancia de contemplar la existencia de un nuevo modelo de espectador “on demand” que permite acceder a los contenidos en el momento en el que el usuario lo desea.
Y en ese contexto, uno de los mayores desafíos a los que se enfrenta Netflix es achicar la ventana entre el estreno comercial de una película y su aparición en la plataforma: es decir, que las grandes distribuidoras de cine accedan a ceder los derechos de sus realizaciones de la forma más rápida posible.
“El modelo de distribución actual tanto en Estados Unidos como en el resto del mundo, es bastante anticuado en comparación con el sistema 'on demand' que estamos tratando de ofrecer a los usuarios”, indicó Sarandos.
Por eso, lejos de amedrentarse por un esquema que de momento pareciera no poder amoldarse a sus requerimientos, el empresario destacó que sólo un tercio de la demanda de los usuarios está puesta en el cine.
"Queremos poner nuestro dinero donde está el negocio, de modo que consideramos las películas como un contenido más: para nosotros, “House of cards” funciona como una película de 26 horas”.