En su habitual columna de los jueves, el economísta Flavio Buccieri habló sobre las exportaciones de grano.
El escenario que se viene observando en los últimos tiempos es de numerosos factores a la baja y que predominan sobre los que mueven al alza los precios de los granos. Según un informe de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR), existen factores especulativos y de demanda real que pueden perjudicar a los commodities agrícolas, con el consiguiente impacto sobre la economía nacional en materia de recaudación de impuestos como de menor actividad sectorial. La Argentina es el principal exportador global de derivados de soja y un jugador importante en el mercado de maíz y en menor medida, en el de trigo con lo cual menores precios implica menores ingresos de divisas y, con ellas, problemas para toda la economía.
Un factor que también alerta en la materia es el mayor crecimiento que está evidenciando la economía de los Estados Unidos, situación que llevó a que se especulara con que la Reserva Federal comenzara a subir las tasas de interés durante el año 2015. Esto afectaría a los commodities ya que numerosos fondos de inversión desarmarían sus posiciones en tales bienes. Esta suerte de ola de ventas en los mercados a futuros es lo que está provocando las bajas que observamos.
En relación al crecimiento de la demanda real de estos productos, el crecimiento de las principales economías del mundo será modesto en los próximos dos años, con la eurozona luchando por contener el estancamiento económico en un marco de mayor riesgo de deflación. Lo que suceda en Europa es importante para Argentina ya que la Unión Europea es el principal importador mundial de este producto. Por otro lado, China pasará de crecer, según algunos organismos internacionales, del 7,3 % en 2014 a 7,1% en 2015 y 6,9% en 2016. Esto también afectará a los precios mundiales negativamente ya que un menor crecimiento chino ralentiza el crecimiento mundial y, por ende, se afecta por este canal a los precios de los commodities agrícolas.
En fin, de no observarse cambios en estas tendencias, el panorama para Argentina es poco alentador. Si a esto les sumamos los propios problemas internos, el cuadro económico en el corto plazo es de relativo pesimismo.