Se animó a vivir una nueva historia de amor que comenzó hace tres meses de forma inesperada.

Florencia Peña (37) conoció a Ramiro Ponce de León (38) en el casamiento de Delfina Oliver, su mejor amiga, quien ese día se unía a Freddie, el hermano del abogado salteño que la cautivó, a sólo tres meses de confirmar su separación de Mariano Otero.

Luego de charlar, charlar y charlar en la boda, llegó el primer mensaje de texto desde el celular de Freddie: "Flor, mi hermano está muerto por vos. Va a llamarte. Atendelo", le escribió, según cuenta la propia actriz en la revista Gente. Finalmente ella accedió y la cita se dio en su casa, con sushi y vino blanco: "Charlamos durante más de tres horas. ¿Temas? Millones: hijos, profesión, política...".

En mayo viajaron a Nueva York y esta semana se los puede ver juntos ¡y muy mimosos! por Buenos Aires. Florencia, además, cuenta: "Yo le digo Rama y él me dice 'Chanchita', ¡por lo que como! Rama es muy casero y a mí no me gusta nada salir. Estoy como tímida de las miradas. Ahora estamos enganchados con la serie Mad Men. Además, somos cinéfilos. Hacemos panzadas de películas, especialmente francesas".

"Yo le digo Rama y él me dice 'Chanchita', ¡por lo que como! Rama es muy casero y a mí no me gusta nada salir. Estoy como tímida de las miradas".

Sobre la distancia que los separa, más exactamente los 1.484 kilómetros que hay entre Salta capital y Buenos Aires, Peña reconoce: "La distancia es terrible, aunque Luisana (Lopilato, a quien vio en el cumpleaños de Marley) me dijo que la disfrute, porque hace muy bien".

Flor Peña luce feliz, contenta y entusiasmada, y hasta se anima a hacer todavía más planes a futuro junto a Ramiro: "Me hizo volver a creer. A esta edad uno está escéptico del amor inocente. Hoy volví a ser feliz completamente: hijos que amo, familia increíble, amigos grandiosos, hago lo que me apasiona. ¿Si cabe la fantasía de volver a ser mamá? Me encantaría. Tengo muchas ganas", confiesa la actriz, quien ya es mamá de Juan (9) y Tomás (4), fruto de su relación con Otero.