En poco más de tres años como CEO, el sucesor del mítico fundador de Apple llevó a la compañía a lo más alto, al batir todos los récords de ventas y ganancias
Difícilmente Hollywood filmará una biopic basada en su vida, como las que fueron dedicadas recientemente a otros emblemáticos gurús tecnológicos, desde el propio Steve Jobs , su predecesor al frente de Apple, hasta Mark Zuckerberg, el fundador de Facebook.
Tim Cook no tiene un perfil apasionante, aunque sea el CEO de la empresa más cotizada y reconocida del mundo. Su biografía siempre se escribirá bajo el influjo de la de Jobs, el brillante fundador de la compañía de la manzana, al que llegaron a llamar el Miguel Ángel del siglo XX.
Desde que Tim Cook lo sucedió como director ejecutivo de Apple en 2011, su gestión se ha mirado siempre bajo la lupa deformante de las hazañas de su antecesor, un visionario que transformó sucesivamente la forma en la que millones de personas usan la tecnología, con artefactos prodigiosos como el iPhone o las Mac.
No son pocos los analistas que, frente a la figura fulgurante de su predecesor, le atribuyen a Cook un papel de gris segundón, recordando que cuando ocupó su nuevo despacho en la sede de Cupertino (California) después de la muerte de Jobs, estaba ya inventado todo lo que ha hecho de Apple la firma más valiosa del mundo: el iPhone, la iPad, iTunes, la App Store, el iPod o las Mac.
"El descubrimiento más importante hasta ahora en mi vida fue el resultado de una sola decisión: la de unirme a Apple", repitió Cook varias veces
Pero resulta difícil obviar la responsabilidad de Cook en la gestión exitosa de esa cartera de productos y su traducción en millones de dólares para las arcas de la compañía. Desde que tomó las riendas, triplicó el valor de la firma en Bolsa hasta los 689.000 millones de dólares.
La semana pasada, Wall Street se rindió a sus pies después de que batiera el récord de beneficios trimestrales que haya conseguido una empresa. En el cuarto trimestre del año pasado, Apple registró una ganancia de 18.000 millones de dólares, batiendo la marca anterior, en manos de la petrolera norteamericana ExxonMobil.
La rentabilidad que consiguió Cook en los tres años y medio que lleva al frente de la compañía es asombrosa: Apple gana más en tres meses que el banco Santander, BBVA, Telefónica y Repsol juntas en todo un año. Y cada segundo se vende en el mundo un iPhone.
Timothy Donald Cook nació el 1° de noviembre de 1960 en Robertsdale, una pequeña ciudad de Alabama. Segundo de tres hermanos, su padre Donald era trabajador de los astilleros y su madre, Geraldine, ama de casa.
Estudiante modelo, Cook se graduó con el segundo promedio de su clase y se ganó una beca para la Universidad de Auburn (Alabama), donde obtuvo en 1982 una licenciatura en ingeniería industrial, y posteriormente un MBA en la Escuela de Negocios Fuqua de la Universidad de Duke.
Su carrera profesional comenzó en IBM en 1982, donde trabajó 12 años. Posteriormente se unió a Intelligent Electronic y, después de un breve paso por Compaq, Steve Jobs lo contrató para trabajar en Apple, en 1998.