De Libia a Europa, un solo paso. Así lo entienden militantes y estrategas de Estado Islámico (EI), que, de acuerdo con un informe de seguridad, quieren utilizar ese país africano, desgarrado por la guerra civil, como "puerta de entrada" al continente europeo para librar una guerra santa contra los viejos enemigos "cruzados" en su propio territorio.

Según cartas y documentos obtenidos por la Fundación Quilliam, una entidad británica especializada en el extremismo islámico, los jihadistas planean "inundar" el Norte africano con milicianos procedentes de Siria e Irak, con el fin de atacar los países europeos del Mediterráneo "escondidos como inmigrantes en pateras".

Los extremistas pasarían de los barcos de inmigrantes clandestinos a las principales ciudades del sur de Europa, además de atacar el transporte marítimo.

Libia "cuenta con una extensa costa y mira al sur de los países de la cruzada, que pueden ser alcanzados fácilmente, incluso en botes rudimentarios", sostuvo, por ejemplo, un activista bajo el seudónimo de Abu Arhim al-Libim, que en un documento obtenido por Quilliam dijo que Libia tenía "un enorme potencial" para los jihadistas.

El país petrolero que solía regir el dictador Muammar Khadafy hasta su caída en 2011 es uno de los puertos principales de partida de los miles de inmigrantes ilegales de África y Medio Oriente que intentan la arriesgada travesía del Mediterráneo para escapar de la miseria y de la guerra civil. Bastaría infiltrar unos cuantos combatientes en cada barco, según señala el informe antiterrorista, para entrar a tierra de infieles como caballo de Troya.

"Si explotáramos parcialmente esta oportunidad y la desarrolláramos estratégicamente, podríamos generar un pandemonio en los países del sur de Europa, e incluso podríamos atacar la línea marítima, como también buques y petroleros de los cruzados", sostuvo el activista Al-Libim, citado en el informe británico.

Estado Islámico logró establecer una base en suelo libio con cierto número de seguidores, que el domingo pasado difundieron un video con la decapitación de 21 rehenes egipcios, todos ellos trabajadores cristianos coptos. La masacre dio lugar, al día siguiente, a una represalia con bombardeos de la fuerza aérea de Egipto contra posiciones de EI en el norte de Libia.

"En términos de la demografía del apoyo en Libia de EI, vemos muchas similitudes con Irak y Siria. Muchos de sus milicianos son jóvenes, que se sienten decepcionados con la política y que buscan tomar las armas ante la ausencia total del Estado. El riesgo que Europa enfrenta por EI en Libia es sustancial", dijo Charlie Winter, investigador de Quilliam.

En el mismo sentido, el embajador egipcio en Londres, Nasser Kamel, advirtió sobre el riesgo de "embarcaciones llenas de terroristas" sobre las costas italianas, y llamó a actuar cuanto antes para frenar la avanzada de EI. También criticó a Gran Bretaña y a la coalición que intervino en 2011 para derrocar a Khadafy sin asegurar la transición hacia un Estado legítimo.

Preocupado por la formación de un bastión islamista en su extensa frontera oeste, Egipto se inclinó ayer a que se deje sin efecto el embargo de armas que rige sobre Libia desde la guerra civil. El objetivo es que el gobierno reconocido por la comunidad internacional, que se debate sin éxito contra una miríada de fracciones armadas, enfrente con eficacia a las milicias rivales, llene el vacío de poder que dejó el derrocamiento del dictador y tome control del territorio. Para empezar, que elimine la brutal amenaza de EI en Libia, que en Siria e Irak avanzó como un relámpago para instaurar su llamado "califato".

Tras recibir el apoyo de la mayoría de los países árabes, la idea del gobierno egipcio cobró cuerpo con un proyecto presentado por Jordania ante el Consejo de Seguridad de la ONU durante un debate convocado para tratar la crisis libia.

FRANCISCO PIDE "SOLUCIONES PACÍFICAS"

El papa Francisco exhortó ayer a la comunidad internacional a encontrar "soluciones pacíficas a la difícil situación en Libia", con lo que subrayó la preocupación del Vaticano sobre la violencia islamista, luego de que el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, expresó anteayer la necesidad de "intervenir pronto bajo el paraguas de la ONU".
Durante la audiencia general de los miércoles en la Plaza San Pedro, y ante 9000 personas, Francisco rezó por la paz en Medio Oriente y el norte de Libia, y recordó también a los cristianos coptos egipcios degollados por milicianos del grupo Estado Islámico (EI) la semana pasada en Libia, "por el solo hecho de ser cristianos".

Fuente: Agencias ANSA, EFE y AFP.