El fuego no da tregua en la cordillera de Chubut. El clima no ayuda y además tiene otro enemigo: el humo generado por las llamas. Ayer no pudieron salir seis aviones hidrantes porque la visibilidad era escasa debido a las gruesas columnas de humo que se desprendían desde las laderas. Además, los días que vienen no aventuran alguna mejoría natural: están pronosticadas temperaturas de más de 30 grados y baja humedad.

Para quienes se encuentran en el lugar de los incendios, el fuego ya consumió casi 10 mil hectáreas de bosques y matorrales. Pero el cálculo no es del todo riguroso. Los focos principales se encuentran en la alta montaña, en lugares que son inaccesibles. Sólo por aire se puede tener un panorama de lo que está ocurriendo y hacer los mejores esfuerzos para combatirlos.

El gobierno de Chubut pidió ayuda a Neuquén y también a Nación, que envió hombres y maquinaria perteneciente al Plan Nacional del Manejo del Fuego. Dentro de la situación de emergencia hay buenas noticias: el fuego no amenaza con llegar a ningún lugar poblado ni tampoco al Parque Nacional Los Alerces. “Ayer hicimos un sobrevuelo y pudimos observar que los cortafuegos dieron resultados positivos y las llamas quedaron lejos del parque”, le dijo a Clarín Evaristo Melo, director provincial de Defensa Civil. En Los Alerces, un lugar paradisíaco, hay árboles milenarios.

Los incendios comenzaron hace una semana cerca del Lago Cholila. Todos coinciden que la causa fue la caída de un rayo. El calor y la sequía hicieron lo demás. En el lugar donde comenzaron las llamas hay extensos cañaverales de fácil combustión. Otro incendio de una proporción que aún no pudo ser estimada se desató en la zona del paraje El Turbio, donde tampoco hay comunidades amenazadas. Sí debieron evacuar algunos animales que pastan por la zona.

El fuego avanza hacia la alta montaña, en forma ascendente y por eso cada vez se hace más difícil combatirlo. Por el momento no cortes de rutas, aunque el humo se hace cada vez más espeso y dificulta la visibilidad. Lo único que podría aliviar la situación es una lluvia pero por ahora los pronósticos indican más sequía.

En cuanto a los equipos que contribuyen con la tarea de los brigadistas hay “dos aviones hidrantes, tres autobombas forestales, dos topadoras y una cargadora frontal y dos embarcaciones abocados al combate del incendio y ayer se sumaron brigadistas provistos por el Plan Nacional de Manejo del Fuego con el que estamos trabajando de manera conjunta en esta situación”, detalló Melo. El gobernador de Chubut, Martín Buzzi, gestionó la llegada de dos aviones y de un helicóptero, al tiempo que tomó contacto con el responsable del Servicio Nacional de Manejo del Fuego Jorge Barrionuevo, quien se sumará a la coordinación del trabajo de los brigadistas.

Los momentos de más tensión se viven por la noche. Desde las zonas urbanas se puede ver con claridad cómo las llamas arden en la alta montaña y la impresión es que en cualquier momento llegan a los pueblos. Por ahora, los vientos las llevan hacia arriba iluminando el cielo cordillerano que está viviendo uno de los peores incendios forestales de su historia.