La derrota sorprendió, causó rechazo y malestar. El Gobierno reaccionó con una dura respuesta a la Corte Suprema, a la que acusó de "corporativa", de tomar decisiones propias del "medioevo" y de tener actitudes "predemocráticas".
 
La presidenta Cristina Kirchner recibió el golpe con estupor. Guardaba algún tipo de esperanza de conseguir un fallo que dejara abierta alguna posibilidad en su favor. Pero la sentencia cerró todo resquicio para que la Casa Rosada insista en mantener en pie la reforma del Consejo de la Magistratura.
 
"Profundizar el debate" es el nuevo eslogan con el que el gabinete nacional reaccionará tras la bronca inicial por el rechazo del máximo tribunal a la elección popular de los integrantes del organismo que elige y remueve a los jueces.
 
"Estamos dispuestos a seguir dando la batalla", anticipó el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina. Lo mismo repitió el ministro de Justicia, Julio Alak: "Vamos a mantener en alto del debate".
 
Por orden de Cristina Kirchner, ambos funcionarios encabezaron la reacción oficial tras conocerse la sentencia que echó por tierra cada una de las reformas dentro del Consejo de la Magistratura que impulsó la Presidenta. No sólo la Corte consideró inconstitucional la elección popular, sino que cargó contra la integración del organismo y cuestionó la pérdida de la independencia judicial derivada de la reforma.
 
La Presidenta estuvo ayer por la tarde en su despacho de la Casa Rosada coordinando la estrategia oficial. Según anticiparon allegados a la jefa del Estado, a partir de ahora el Gobierno intentará usar como debate de campaña el tema judicial y cargará duro contra los magistrados.
 
Uno de los puntos sobre el que hará hincapié el Gobierno es en la edad máxima de los jueces de la Corte, que según la Constitución se fija en los 75 años, pero que por decisión de los propios ministros se dejó sin efecto. Además, cuestionará que la administración presupuestaria del Poder Judicial, que la Carta Magna dejó en manos del Consejo de la Magistratura, también debería haberse declarado inconstitucional. Tras una negociación con el presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti, Cristina Kirchner había accedido a mantener esa atribución. "Mostraron una doble vara a la hora de establecer qué es constitucional y qué no", se quejó un ministro.
 
Acatamiento
 
"Respetamos el fallo y lo vamos a acatar", aclaró Alak ante la consulta periodística después de conocida la sentencia. Así, la ley que reforma el Consejo queda automáticamente sin efecto, sin necesidad de su derogación.
 
Abal Medina sostuvo que la Corte le tiene "miedo" al voto popular y planteó: "Parece una corporación del medioevo que puede decidir sobre sí misma". El jefe de Gabinete fue el primero en reaccionar. Y cargó con fuerza. Dijo que el fallo carecía de "argumentos técnicos" y lo consideró "peligroso desde el punto de vista político". Lo hizo a través de un cable de la agencia Télam.
 
Toda la estrategia oficial fue ideada por la Presidenta, que desde temprano había reclamado en Twitter, antes de difundirse oficialmente el fallo pero conocida ya la declaración de inconstitucionalidad, la necesidad de la reforma judicial. La Presidenta llegó sola a la Casa Rosada cerca de las 18.30, con anteojos negros, hablando por teléfono y asistida por unos pocos colaboradores.
 
El Gobierno intentaba anoche encontrar algún tipo de alternativa para insistir en su proyecto, aunque por el momento no había nada firme más que mantener el debate ante la opinión pública.
 
"Yo estoy tristemente decepcionada", dijo la diputada Diana Conti, presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales, y anticipó que analizaba, a título personal, recurrir a organismos internacionales como la OEA amparada en la Carta Democrática Interamericana. No es una iniciativa del Gobierno, sino particular. Tampoco se trata de una apelación. Los fallos de la Corte no son apelables.
 
"Qué raro que el máximo tribunal no consideró inconstitucional el manejo presupuestario", ironizó Conti.
 
Alak negó que la sentencia haya sido una derrota para la Casa Rosada y anunció que el Gobierno insistirá en el debate público. Hará foros, seminarios y charlas para convencer de la necesidad de cambios y se concentrará en señalar el "corporativismo" de los jueces.
 
Por orden de Cristina Kirchner, el gabinete usará como presión pública el fallo de fondo sobre la constitucionalidad o no de la ley de medios, que espera la sentencia de la Corte Suprema.
 
Unánime rechazo del kirchnerismo
 
    Juan Abal Medina / Jefe de Gabinete
    "La Corte actúa de manera que es contraria al sentido común y a la lógica ciudadana"
 
    Julián Domínguez / Presidente de Diputados
    "El fallo le da la espalda al pueblo y hace prevalecer los intereses sectoriales"
 
    Julio Alak / Ministro de Justicia
    "Respetaremos el fallo, pero es importante tener en cuenta que el primer intérprete de la Constitución es el Congreso"
 
Fuente: La Nación