Según escribe en la revista 'The Atlantic' el instructor de Psicología en el City College de Nueva York, Roc Morin, en un artículo sobre su proyecto disponible en
Facebook, tras 10 meses de trabajo ha encontrado que en todas las culturas los sueños a menudo implican un retorno al misticismo o lo divino, y permiten a las personas participar en su pensamiento, algo mágico y sin estigma, pero se diferencian debido a las tendencias específicas de la población.
Así, por ejemplo, de acuerdo con el periodista, las pesadillas violentas son comunes en las ciudades fronterizas de México plagadas de pandillas y en la zona de guerra en el este deUcrania o Palestina, donde los sueños de los niños que viven en zonas violentas cuentan con más agresión y persecución que los de los niños palestinos que viven en zonas pacíficas.
Bendiciones de dioses y diosas, por su parte, son frecuentes en los países fuertementereligiosos como, por ejemplo, la India y México. "Veo al Señor en mis sueños. Él viene como una luz brillante. Un gran ángel me cubre a mí, a mis hijos y 14 nietos con sus alas", cuenta una mujer de la ciudad de Tijuana, México.
El autor del proyecto también señala que varias personas que ha conocido le han transmitido experiencias de clarividencia percibida en los sueños. "Mis pesadillas comenzaron en noviembre [del 2013]. En aquel momento nadie pensaba en la guerra. En mis sueños, sin embargo, lo vi. Estaba escondiéndome de los disparos con mi marido en las ruinas de nuestra casa. Nunca había creído en sueños antes de esto", confiesa una mujer de localidad de Semenivka, en el este de Ucrania.
Las historias recogidas por Morin también demuestran que la muerte puede perseguir a una persona en el sueño, como ocurre a menudo con los veteranos, víctimas de trauma y los ancianos. "Soy un veterano de Vietnam, y todo lo que hicimos fue el llamado 'ataca y corre'... Después de que llegué a casa, solía despertarme solo en la noche pensando en que estaba a punto de dispararle a alguien. Maté a un montón de gente", cuenta un veterano de Nueva Orleans, EE.UU.
El periodista afirma que la investigación le enseñó que los seres humanos en su totalidad son casi inconscientes, en gran medida ajenos a los extensos funcionamientos internos de la mente, y los sueños son una de las excepciones que lo demuestran.