El gerente de operaciones del Parque Nacional Iguazú, el ingeniero Marcelo Zuliani, afirmó a la prensa que “las pasarelas del Parque Nacional Iguazú no están rotas, se desplazaron de su posición original para permitir que el flujo de agua pase libremente y no comprometa las estructuras de hormigón”.
El encuentro con la prensa se produjo ayer a la tarde ante la información que circuló entre los medios sobre la rotura de las pasarelas del circuito superior que lleva a los saltos de la Garganta del Diablo.
Zuliani aclaró que no están rotas sino que se aplicaron los procedimientos de rebatimiento de pasarelas del circuito Garganta del Diablo debido al incremento del caudal del río Iguazú.
“Este mecanismo -agregó- se activa para que no se dañe la estructura, que funciona de acuerdo a los distintos niveles del río”.
Y agregó que cuando las aguas están bajas, “las barandas de las pasarelas están levantadas y permiten la circulación de la gente hasta la Garganta del Diablo. Pero cuando sube, se rebaten para permitir que el flujo de agua pase libremente, reduciendo la resistencia y permitiendo -de ese modo- que algún tronco en flotación pase por encima”.
El mecanismo de las pasarelas “permite su desprendimiento cuando el nivel del río es muy alto, como ocurrió en algunos tramos, para no comprometer la estructura de hormigón”, agregó.
Luego de recordar que el Parque Nacional Iguazú “no cerró en ningún momento” y que el paseo sobre la Garganta del Diablo se encuentra momentáneamente cerrado por seguridad, ratificó que “el resto de los atractivos del Parque están habilitados y funcionan con normalidad”.
De hecho, concluyó, en el día de ayer (viernes), ingresaron al Parque 2.600 personas que tuvieron oportunidad de ver “unas cataratas imponentes”.