Varias son las razones por las cuales se sintió este fenómeno en Córdoba y ciudades del interior. 
Según le comentó a LaVoz la investigadora de geofísica del Conicet y la Universidad Nacional de San Juan, Patricia Alvarado, dos pueden ser los factores. “Los sismos anteriores que ocurrieron en Chile tuvieron un epicentro más alejado de San Juan y de Córdoba”, comenta.

Los ejemplos son el ocurrido en 2010, con epicentro en Cauquenes, 400 kilómetros al sur de Santiago de Chile y el de 2014 en Iquique, ubicado en el extremo norte del país trasandino.

“El último sismo ocurrió casi en una línea recta oeste-este hacia San Juan y Córdoba. De este modo, las ondas sísmicas llegan de manera más directa”, explica Alvarado.

El segundo factor tiene que ver con la forma en que están superpuestas las placas tectónicas. América del Sur está sobre la placa Sudamericana, mientras que el Océano Pacífico, en la placa de Nazca.

Esta última se mete por debajo de la Sudamericana. Esta subducción es la responsable de la formación de la cordillera de los Andes y de la intensa actividad sísmica en la zona.

Pero mientras que en otras partes, la placa se hunde en lo profundo de la Tierra, en la región del último sismo, la placa de Nazca se mete casi en forma horizontal debajo de la Sudamericana, de manera que ingresa de esta forma incluso hasta Córdoba. Son capas superpuestas.

“Las particularidad de este zona es que la subducción es horizontal, algo que ocurre sólo en el 10 por ciento del mundo. Esto hace que la propagación de las ondas sea más eficiente y, por lo tanto, que se sientan mucho más, a pesar de estar lejos del epicentro”, afirma la investigadora.

La duración del terremoto también contribuyó a que se sintiera más. “En la zona del epicentro, el sismo duró dos minutos, pero esas ondas se van expandiendo y alejando unas de otra a medida que se propagan, como ocurre cuando se tira una piedra en un estanque con agua. Esto generó que en sitios más alejados la duración del terremoto fuera mayor”, señala.

Otros factores que influyen en la percepción del terremoto son el tipo de terreno en el que estamos en ese momento. En regiones de materiales más duros se sienten menos que en terrenos más blandos.

A su vez, la gente que está en edificios siente más movimientos que quienes están en planta baja. Además, si las personas no tienen referencias de objetos que se mueven, la percepción del movimiento será menor.