Aunque no hay una confirmación oficial, la presidenta Cristina Fernández podría reencontrarse en Brasil con el papa Francisco, quien vendrá dentro de 10 días a Río de Janeiro para presidir el Encuentro Mundial de la Juventud.

Según fuentes de la Cancillería argentina, la decisión política de la jefa del Estado es participar de este evento multitudinario, pero hasta el momento no llegó la invitación de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff. “Hasta el momento no recibimos la invitación del gobierno brasileño, pero si esto ocurre, la decisión de la Presidenta es viajar a Río de Janeiro”, confirmó una fuente oficial a la corresponsalía de este diario en Capital Federal.

El protocolo gubernamental indica que la presidenta del país anfitrión debe invitar a sus pares. En este caso, el Vaticano no realiza las convocatorias a los jefes del Estado.

Ya trascendió que el jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri fue invitado por el prefecto (intendente) de Río de Janeiro. Mientras que el gobernador del estado del mismo nombre, hizo lo propio con el bonaerense ­Daniel Scioli.

Ambos mandatarios confirmaron que asistirán al evento que se desarrollará entre el 23 y el 28 del corriente en Río de Janeiro.

Los presidentes del Mercosur se reunirán hoy en Montevideo. Allí, los funcionarios argen­tinos esperan que Dilma invite a Cristina y al resto de los jefes de Estado.

De todos modos, en la Cancillería argentina no están seguros de que la presidenta brasileña invite a sus colegas.

Según fuentes diplomáticas argentinas, con la popularidad que alcanzó Francisco en sus primeros tiempos como máxima autoridad de la iglesia católica, no sería descabellado que Dilma Rousseff pretenda sacarle rédito político personal a la visita del Papa.

Por otro lado, la situación social en Brasil está convulsionada y tampoco habría que descartar que Rousseff evite hacer una gran convocatoria a presidentes, para no generar más protestas callejeras.

Siguen las reformas. Por otra parte, mientras prepara el viaje Brasil, el papa Francisco modificó leyes que rigen al Vaticano, al tipificar como delito la violencia sexual, la prostitución y la posesión de pornografía infantil, que ahora pueden ser castigados con hasta 12 años de prisión.

La legislación aprobada ­abarca tanto a clérigos como a laicos que viven y trabajan en la Ciudad del Vaticano y es diferente de la ley canónica, que comprende a la Iglesia Católica universal.

La nueva ley se emite en un momento crítico, cuando el Vaticano se prepara para una audiencia ante una comisión de las Naciones Unidas referida a sus esfuerzos para proteger a los niños y a tenor de una ­convención crítica de la ONU sobre abusos sexuales contra menores.

El Vaticano firmó y ratificó la Convención de la ONU sobre los Derechos del Niño en 1990, pero es sólo ahora –23 años después– que ha actualizado sus leyes en un esfuerzo por reflejar algunas de las cláusulas clave del tratado.

La mayor parte del orde­namiento jurídico del Vaticano se basa en el Código Italiano de 1889 y en muchos casos es arcaico.

Buena parte de las disposiciones aprobadas, que van desde los delitos contra la humanidad hasta la apropiación ilícita de material nuclear, actualizan sus leyes para ponerlas a tono con la realidad actual.

Millones de jóvenes

Reunión. El Encuentro Mundial de la Juventud que presidirá el papa Francisco convocará a más de dos millones de jóvenes en Río de Janeiro. Según los organizadores brasileños ya se inscribieron más de un millón de peregrinos de todo el mundo.

Presencia cordobesa. El encuentro en Río de Janeiro tendrá también una fuerte presencia de cordobeses. Aunque no hay una cifra oficial, según fuentes de la iglesia católica de Córdoba, más de 1.200 jóvenes cordobeses viajarán a Brasil. De este número, 100 se anotaron como voluntarios para colaborar con la organización del evento. El costo del viaje es de aproximadamente mil dólares