La excelente relación institucional que vienen sosteniendo el Gobierno provincial y la Municipalidad de Córdoba ayer se vio conmovida por un inesperado cruce político: inspectores municipales clausuraron los locales de la Terminal de Ómnibus y un ministro delasotista acusó al intendente Ramón Mestre de querer ocultar con este operativo los problemas de su gestión.

Las clausuras incluyeron una dependencia del Ministerio de Transporte de la Provincia, lo que generó una dura reacción del titular del área, Dante Heredia. El funcionario delasotista acusó a Mestre de ordenar las clausuras con el objetivo de tapar las repercusiones del paro de la Tamse, que ayer dejó sin transporte al 40 por ciento de los usuarios capitalinos.

Luego de esta acusación, el conflicto se transformó en político. En el Centro Cívico admitieron que Heredia embistió contra Mestre, luego de consultarlo con el gobernador José Manuel de la Sota.

Voceros oficiales aseguraron que el gobernador estaba que “volaba” con el intendente por las clausuras, que afectaron a la flamante empresa estatal Terminal Ómnibus Córdoba, Sociedad del Estado (Tocse), que administra los dos edificios (el nuevo y el viejo) que conforman el complejo de la Terminal.

El gobernador y su jefe de Gabinete, Oscar González, tienen línea directa con el intendente y hablan seguido por teléfono. Por lo que una fuente provincial reconoció que hubo una comunicación para expresarle el enojo a Mestre.

Cortina de humo. Cuando las clausuras se hicieron públicas, Heredia reaccionó indignado. El funcionarios hizo un raid mediático para quejarse de que le habían clausurado su ministerio. Luego, desde el municipio aclararon que sólo se trató de una “clausura preventiva de una subsecretaría”.

Heredia habló de intencionalidad política del municipio. “Es un cortina de humo, no tengo dudas. Hoy (por ayer) tienen mucho problema con la ciudad, con el transporte, entonces tratan de encubrirlo con una operación de esta naturaleza”, dijo Heredia, quien agregó: “El intendente debió estar al tanto de un operativo de esta magnitud, por lo tanto, se trata de una cuestión de distraer la atención”, dijo el ministro.

Desde el municipio, ningún secretario salió a responderle al ministro delasotista. El subsecretario de Convivencia y Seguridad Ciudadana, José Fernández, fue el responsable de brindar la versión de la administración mestristas. “El ministro tendría que ser el primero en adecuarse y facilitarnos las cosas. Nosotros estamos cumpliendo con nuestro trabajo. Si esto es una cortina de humo, por qué hemos clausurado Dioxitek (empresa del estado nacional ubicada en el barrio de Alta Córdoba). Él (por Heredia) estará acostumbrado a eso”, sostuvo.

El funcionario municipal intentó quitarle cualquier connotación política posible. “El único motivo es que no existen medidas de seguridad mínimas, en la playa de estacionamiento y en los locales pasa lo mismo”, explicó el funcionario mestrista.

Desde el Palacio 6 de Julio reconocieron que el intendente Mestre estaba “al tanto” del megaoperativo.

También hubo sorpresa en el municipio de que la Provincia haya presentado la autorización de Bomberos, una hora y media después de las clausuras, cuando una inspección de esa magnitud tendría que haber demorado al menos entre seis y ocho horas.

En el Centro Cívico agregaron otro dato que roza la cuestión política. La semana pasada, Mestre había hecho conocer su disgusto porque gremialistas muy allegados al gobernador hayan participado de la primera protesta de la UTA, en contra de la privatización de la Tamse.

Los delasotistas recordaron que el intendente ahora mantiene una fluida relación con la Casa Rosada. Nada hace presumir que esto cambie la relación entre la Provincia y el municipio, pero las clausuras en la Terminal generaron un roce parecido al que produjeron las quejas de Mestre por los fondos coparticipables.