"El mayor enemigo de una persona es proponerse ser feliz", sentenció el escritor Sergio Sinay
El prestigioso neurólogo y psiquiatra austríaco Viktor Frankl dijo alguna vez que "lo que necesitamos en son razones para ser felices y esas razones la generamos según cómo vivimos". Este es uno de los grandes valores de la vida. Objeto de estudio por científicos de todo el mundo, el interrogante planteado en todas las investigaciones es sobre la existencia o no de este estado de ánimo en las personas.
El escritor Sergio Sinay le explicó a Infobae que "este sentimiento es una huella, no un resultado de una manera de vivir. Nunca puede ser una meta porque las metas están adelante. SI uno se concentra en un forma de llevar a cabo los días, es coherente con sus objetivos, valores, vínculos y vocaciones, va a encontrar momentos felices".
La felicidad es una construcción personal y una elección vital que se juega en cada una de las decisiones de la vida. "Me parece que si uno elige vivir dispuesto a explorar el sentido de su existencia, eso que tanto se busca pasa a ser una consecuencia. Vendrá a ser una suerte de mariposa que se para en el hombro de una persona para ser testigo de un momento único que la llena de plenitud: una charla entre amigos, una salida con los hijos o un asado en familia, entre algunos ejemplos", dijo Sinay.
Hace un tiempo, algunos de los más prestigiosos especialistas de la Universidad de Harvard condujeron uno de los más largos y completos estudios sobre el comportamiento humano.
El Estudio del Comportamiento Adulto de Harvard registró a 268 estudiantes del segundo año de la Universidad. Por el otro, a 456 jóvenes de entre 12 y 16 años de un barrio de clase media de Boston. Allí se analizaron todos los aspectos referidos a la vida: desde la calidad de sus matrimonios, satisfacción laboral y actividades sociales. Los registros comenzaron a tomarse cerca de 1940 y, cada dos años, los jóvenes debían someterse a una entrevista y un examen físico de salud.
La respuesta de los psiquiatras tras la extensa investigación fue contundente: las buenas relaciones hacen a las personas más felices y saludables.
"La felicidad son momentos, por eso son valiosos. Si sólo fuese un estado permanente, la gente se aburriría. El ánimo positivo encuentra su importancia en los momentos de infelicidad, ya quelas personas viven situaciones que resultan felices pero otras tantas en las que se siente un vacío difícil de llenar", dijo el escritor.
Decir que una persona es feliz puede resultar erróneo. Pero sí se puede decir que se está viviendo un momento agradable y placentero. "La felicidad como meta es una ilusión", sentenció Sinay, quien agregó: "Si hemos sido o no felices, se sabrá al cierre de nuestra vida. Mientras tanto somos gerundios, no somos estamos siendo felices cuando percibimos la felicidad".
Cada uno es responsable de su felicidad, nadie hace o deja de hacer feliz a alguien. "Habría más momentos de felicidad si las personas dejaran de aferrarse al otro como una especie de salvavidas", concluyó Sinay.