Kevin Kelly no exagera cuando define a Magic Leap como la start-up más secreta del mundo. Se fundó en 2010 con el objetivo de impulsar el desarrollo de sistemas de realidad aumentada o mezclada (mezcla de imagen real y sintética) pero en seis años apenas hemos podido ver unos pocos vídeos de la tecnología, supuestamente el gran rival de la plataforma Hololens de Microsoft.

El gran reportaje de Wired publicado esta semana nos deja igualmente con la miel en los labios. Da algunos detalles jugosos y regala nuevos vídeos pero sin entrar en detalles sobre el producto final. La empresa ha conseguido crear, según Kelly, "el sistema capaz de recrear mejor la sensación de estar viendo un objeto digital sólido en el mundo real", es decir, que la calidad de los gráficos es superior a la de Hololens.

Kelly también hace hincapié en el artículo que gracias a la tecnología de cristal que usan las gafas los objetos virtuales pueden posicionarse en cualquier punto del campo de visión respetando la distancia de enfoque. Es decir, que si un objeto virtual está flotando muy lejos en el cielo mientras el usuario lee un libro ese objeto aparecerá borroso, tal y como lo percibiríamos si fuese real.

Es prometedor. Mucho. Pero la gran incógnita de Magic Leap es si su tecnología podrá miniaturizarse. De momento el visor está "anclado" a un PC bastante potente. Microsoft ha conseguido que Hololens sea un casco autónomo, aunque no es precisamente ligero y tampoco barato. La miniaturización, además, obliga a que el campo de visión efectivo, el área donde se pueden ver imágenes sintéticas, sea pequeño.

Hay muchísimo potencial en esta tecnología tanto en el mundo del ocio como en el profesional (basta ver el vídeo que acompañan este post) pero sin datos concretos sobre disponibilidad, precio y características técnicas es difícil hacerse una idea de cuánto tendremos que esperar para disfrutar de estosfantásticos espejismos.