Nació en un pueblito agrícola de Ghana y se fue a vivir a Surinam para hacer el primario y el secundario. Luego viajo a Estados Unidos y se recibió en Harvard, pero se mudó a la Argentina para aprender a trabajar como el “gaucho” argentino.
Se puede decir que gaucho se nace, no se hace. Pero la vida de Pascal Mensah derriba todos los mitos. Egresado en Harvard vino a nuestro país para aprender cómo se trabaja en el campo. Se alistó como peón y así comenzó su viaje interior de ida.
Cambió el pantalón de vestir de la oficina, por unas cómodas bombachas de campo, y se enamoró de la vida que llevan los productores argentinos. “Me hizo muy bien cambiar de ritmo, poder trabajar con las manos, volver a un ambiente agrícola con gente humilde y con paciencia para enseñar”, dice entre risas.
Una historia de película
Pascal Mensah nació en un humilde pueblito agrícola en Ghana. Cuando tenía cinco años, su padre comenzó a trabajar para un norteamericano que había llegado a África con sus dos hijos jamaiquinos. Por cuestiones de edad, los chicos se hicieron íntimos amigos (casi hermanos), y eso motivo que a los 11 años Pascal viaje a Surinam con ellos.
Ya en América del Sur, el ghanes fue inscripto en un colegio para que realice sus estudios primarios y secundarios. “Me fui a buscar un cambio para mí mismo, pero también para darle otra oportunidad a mi familia”, cuenta Pascal.
Los primeros pasos fueron complicados. Mensah no sabía hablar inglés y le costaba mucho estudiar. “Me iba a la biblioteca de la escuela y leía todo. Después le pedía ayuda a los de segundo o tercer grado, sin importar que yo estuviera en quinto. Es simple, ellos sabían y yo no”, explica sin ponerse colorado y haciendo hincapié en la metodología CREA, donde el conocimiento es grupal y se comparte.
Ya con un inglés fluido, Mensah conoce a una chica estadounidense que le propone viajar a Norteamérica para que pueda seguir estudiando allá. Pascal accede, y a los 17 años emigra nuevamente a terminar el secundario, donde años más tarde se recibe de Licenciado en Ciencias Políticas en Harvard.
Luego, consigue una beca de la familia Rockefeller para poder viajar a la Argentina, donde pasa todo el 2015 trabajando de campo en campo. “Salta, Jujuy, Catamarca, Córdoba, Buenos Aires”, enumera orgulloso Pascal.
“Los argentinos me han ayudado un montón para sentirme más firme en la Tierra, y buscar el camino de mi vocación”, indica el gaucho ghanes.