Las adicciones, el trabajo genuino, la desintegración de la familia, la integración de las personas, son algunas de las demandas sociales que Cáritas ve y, mediante la ayuda, el voluntariado, el acompañamiento y el trabajo silencioso y diario, intenta solucionar.
El Padre Jorge Luis Basso, responsable de la organización en la Diócesis de Río Cuarto y párroco de Lujan de Porres, habló en “Micrófono Abierto”, programa conducido por Gabriel Martella, acerca de las demandas que hay en la sociedad.
Basso explicó que Cáritas tiene como objetivo la promoción integral de la persona humana. “No solo apunta al bolsón o a la comida sino a buscar mejores estándares entre las personas.
Advirtió que en la sociedad hay nuevas pobrezas como la desintegración de la familia y la no integración y el aislamiento de las personas en comunidades, en donde carece la escucha. “Estas nuevas pobrezas que se descubren, necesitan también voluntarios capacitados porque escuchar no es solo tarea solo de algún profesional, sino que todos tendríamos que capacitarnos para escucharnos”, sostuvo.
“La desintegración de la familia y las adicciones se están acentuado notablemente” y manifestó que muchas veces en las casas no se puede hablar de política, ni de religión. “Si en el ámbito de la misma familia, en donde hay amor, afecto e inclusión, no se puede hablar de temas esenciales, que nos queda para el ámbito público y social”, agregó.
Indicó que la desintegración en la familia no sólo en la ruptura de la unidad sino la falta de saber escuchar. “Por ahí hablamos lo que nos pasa en la farándula, en el futbol, lo que pasa en la sociedad, pero por ahí no tenemos tiempo de escucharnos entre nosotros, contarnos lo que nos pasa por dentro”, completó.
Sostuvo que se ve la necesidad y demanda social de la gente no sólo en la escucha sino también de bienes esenciales.
Referente a las adicciones en los jóvenes, sostuvo que están apareciendo casos hasta en los pueblos más pequeños. “En las Cáritas parroquiales de toda la Diócesis van apareciendo. Lo que pasaba en las grandes ciudades, ahora se replica en los pueblos”, y advirtió que es un problema difícil de apalear por la necesidad de recursos humanos.
Especificó que en la ciudad de Deán Funes, está la “facenda”, una ayuda para la rehabilitación para las personas con adicción no desde el ámbito terapéutico sino fundamentalmente como una experiencia de vida. “Allí he hablado con la gente y tienen buenos resultados”, destacó sobre el trabajo contra las adicciones que realiza Cáritas de aquella localidad.
Sobre el trabajo que realizan las Cáritas parroquiales durante los meses de verano, expresó que algunas cierran durante el mes de enero, mientras que otras, que se encuentran en lugares donde se manifiesta necesidad, atienden de manera permanente en verano.
Con respecto al plan de viviendas que lleva Cáritas adelante, comenzó en 2001. Señaló que el ministerio de Infraestructura de la Nación, envía el dinero a Cáritas. “Cada una de las casas, en promedio, salen 245 mil pesos”, indicó.
“Para nosotros lo importante es que el Estado interventor sea responsable”, expresó el padre Basso quien manifestó que las municipalidades son las que donan los terrenos. “Necesitamos que estos estén en condiciones, subdivididos para que luego, Caritas, escriture las viviendas y se las entregue al vecino”, declaró.
Informó que en la diócesis de Río Cuarto se han construido alrededor de 250 viviendas mientras que en la ciudad solamente 30. Destacó la posibilidad de realizar otras 25 viviendas más en barrio Alberdi por la creciente demanda habitacional.
Acerca de los planes y programas de asistencialismo social que brinda el Estado, comentó que coyunturalmente ayudan y son necesarios “porque no podemos dejar abandonadas a las personas en sus necesidades”.