Siempre a fin de año, aunque sea de manera informal, nuestro Balance General en donde traducimos en números el año de la empresa. En esta estandarización de la exposición de la información según Normas Contables, o de normas propias, tenemos un estado de Situación Patrimonial que lo podemos comparar con los de años anteriores para medir nuestra evolución o con otras empresas para comparar nuestro desempeño.

Esa variación patrimonial se ve reflejada en el Estado de Resultados, encontramos esa justificación en las cuentas que reflejan Pérdidas o Ganancias. Este año en general las empresas dedicadas a la producción agrícola mostraron resultados positivos. El cumplimiento de las promesas de campaña, la eliminación de las retenciones, o disminución en el caso de la soja, hicieron que el campo salga de la zona de quebrantos salvo algunas economías regionales que no la pasaron bien este año como el sector porcino, el aviar y las PYMES agroindustriales que se beneficiaban con un esquema de retenciones diferenciadas.

Sobre finales del 2016 las variables se empezaron a acomodar y las bajas externas de los granos ayudaron a subsistir a los sectores complicados.

Sin dudas que en la memoria no puede faltar “El año 2016 fue un año lleno de oportunidades”.

Tampoco debería faltar la frase “Las herramientas de coberturas, los Futuros y las Opciones permitieron sacar la incertidumbre en materia de precios, planificar, potenciar las utilidades, mejorar la logística; y por sobre todas las cosas analizar la conveniencia de la empresa a la hora de comercializar”.

Si Usted en su memoria no expresa estas ideas, el factor aleatorio fue más fuerte en su resultado económico. Si esto ocurre en su empresa debe tomar mayor protagonismo y transformarse en el artífice, en el forjador del mismo de los resultados económicos del ente.

La Memoria sirve entonces para potenciar las virtudes y conocer los defectos, no para ocultarlos, sino para identificarlos, cuantificarlos y trazar el plan de acción para el 2017 que se presenta lleno de desafíos ya que nos enfrentaremos a otros contextos una realidad mundial diferente, escenarios de abundantes stocks, riesgos climático, riesgos políticos y no podemos darnos el lujo de ser simplemente observadores de la realidad, estamos obligados a ser los artífices del cambio en la comercialización de la empresa agropecuaria donde no solo se pierden oportunidades, muchas veces veo como se dilapidan los esfuerzos productivos.

En síntesis la eficiencia productiva muchas veces se pierde en la comercialización, pero como es tan bueno produciendo que puede disimular sus falencias como vendedor.

En consecuencia, en nuestra planificación de tiempo y recursos no puede quedar fuera la cuestión comercial, en vísperas de un año que no sabemos si será complicado, pero si estamos seguro que será diferente, es imprescindible mitigar los efectos que tiene el riesgo precio en la Rentabilidad del agro.

Juan Vasquetto