el nitrógeno representa entre un 20 y 25% de los costos totales de implantación y protección del cultivo en la zona.
Al ser el maíz un cultivo que presenta una elevada respuesta a la fertilización nitrogenada en nuestra zona, desde hace unas campañas se trata de encontrar un manejo óptimo. La magnitud de esta respuesta depende, entre otras cosas, del potencial productivo del ambiente. Por otra parte, el nitrógeno representa entre un 20 y 25% de los costos totales de implantación y protección del cultivo en la zona.
Para lograr interpretar la respuesta a la fertilización con nitrógeno y determinar las dosis óptimas económicas, llevamos a cabo ensayos de dosis-respuesta durante cinco campañas. Los ensayos se realizaron en ambientes de alta productividad del departamento Marcos Juárez y los conducimos sobre suelos serie Marcos Juárez y Baldiserra, clase de uso I yII, respectivamente, durante las campañas 2007/8 a 2011/12.
Si bien hubo en dos de las cinco campañas diferencias significativas en el rendimiento entre las dosis media y alta, el mayor beneficio económico de la fertilización nitrogenada lo obtuvimos con las dosis medias (150 a 200 kg/ha N Total) para los parámetros de precios de insumo y producto esperados para la última campaña 2012/13.
No es un detalle menor remarcar la necesidad de realizar el análisis de suelo para poder implementar esta tecnología de proceso. Para conocer la disponibilidad de nitrógeno del suelo se realizaron análisis de nitratos (NO3) en el momento de la siembra hasta la profundidad de 60 cm. A su vez, los lotes donde estaban los ensayos fueron fertilizados con azufre y fósforo asegurando no tener limitantes de los mismos con la tecnología habitual del productor, así como con el manejo de malezas, enfermedades y plagas.
Hoy en día, a pesar de la alta inversión que demanda un planteo de fertilización nitrogenada en maíz, hay un elevado número de productores que fertilizan sin un diagnóstico del suelo en el cual implantan el cultivo.