El reciente pedido de la presidenta Cristina Kirchner a los integrantes del equipo económico para que defiendan en forma coordinada las medidas del Gobierno hasta las elecciones de octubre fracasó en pocas horas.
Pocas horas después de conocerse el resultado adverso de las primarias, la Presidenta les solicitó a los denominados en forma jocosa "cinco fantásticos" que trabajaran en paz para mejorar el humor social. Fue ante el ministro de Economía, Hernán Lorenzino; el viceministro Axel Kicillof; el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno; el jefe de la AFIP, Ricardo Echegaray, y la presidenta del Banco Central, Mercedes Marcó del Pont. Como suele ocurrir, todos asintieron ante la orden presidencial sin ningún reparo; de hecho, hoy varios de ellos estarán en Río Gallegos para la adjudicación de dos represas a la firma Electroingeniería.
Sin embargo, al día siguiente explotó el primer problema, cuando el jefe de la AFIP se enteró de que, sin su participación, Lorenzino, Kicillof y Marcó del Pont defenderían el plan económico en el seminario del Cefid-Ar. Echegaray -con mandato por ratificación del Senado hasta 2016- suele ser crítico de la implementación de los controles por parte de Moreno y de Marcó del Pont, mientras que a los funcionarios de Economía prácticamente los ignora.
Sin embargo, esperaba ser sumado a ese encuentro organizado por el think tank de la banca pública para "defender el modelo". Se quedó con las ganas, pese a haber estado el domingo 11 en el búnker del derrotado oficialismo.
De todos modos, su equipo siguió trabajando en forma activa. "Nada de subir impuestos; la idea es dar alguna buena noticia", indicó una fuente, en relación con los datos que recopilaron para una eventual mejora adicional en el impuesto a las ganancias.
Moreno tampoco apareció en la reunión realizada en el Nación, pero ésa no fue su peor noticia de los últimos días, sino la confesión de uno de los ejecutivos con los que se reunió para presionarlo para que aporte al hasta ahora poco exitoso blanqueo. El hombre le preguntó si estaba en condiciones de torcer la negativa de Marcó del Pont respecto de la habilitación de un banco pequeño que adquirió.
El "Napia" se encogió de hombros y no supo qué responderle. De hecho, le admitió que el Central le habría ofrecido la misma entidad al titular de otro banco que comparte acciones con el Gobierno.
En el BCRA juran que todavía no dieron su veredicto sobre el tema y que el conflicto es entre los privados que compiten por el banco. Además, creen que este semestre será mejor que el primero, por el aumento del crédito y la moderación de la política monetaria.
Más allá de esta cuestión, los empresarios creen que aunque Moreno conserva un importante poder interno perdió ascendencia sobre las decisiones de la Presidenta.
"Ya no puede garantizar lo que promete. Ahora nos pide entrar en el blanqueo, pero ¿quién garantiza que después la UIF o la AFIP no nos investiguen?", explicó, resignado. Por esta razón, los ejecutivos piensan ahora más que antes de las PASO antes de responderle al secretario de Comercio, a quien, en voz muy baja, acusan de desentenderse de los presuntos pedidos de favores en su organismo para apurar los complejos pedidos de importación. En este contexto difícil, Moreno selló una alianza en su otrora odiado sector del campo, al haberles permitido a algunas firmas, presuntamente, ingresar trigo en el país para evitar cualquier faltante de pan en los hogares, pero sin tener que registrarlo, para que no se refleje en la balanza comercial.
En la interna, el único "amigo" que Moreno mantiene, por ahora, es el viceministro de Economía; tienen en común dos objetivos: menoscabar a Marcó del Pont y, sobre todo, al jefe de YPF, Miguel Gallucio. "Están esperando que, de un momento a otro, fracase el acuerdo con Chevron", se explicó.
Tampoco Kicillof pasa por su mejor momento. Por un lado, no puede cumplir con la orden presidencial de definir la estructura de costos de la empresas, que comenzó a fines de 2011, para atacarlas por la cuestión inflacionaria.
Por el otro, sigue sin resolverse su designación como titular de la cátedra de Historia del Pensamiento Económico en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA, pendiente desde 2012. El jurado no dio su veredicto, pese a que el viceministro fue el único postulante.
A unos metros de su despacho, el ministro de Economía tampoco parece reaccionar a la coyuntura.
Sus colaboradores le preguntaron si podían acelerar alguna medida para bajar la inflación, pero su respuesta fue frenarlos. Lorenzino prepara un bono similar al emitido por YPF para cumplir con la nueva ley del mercado de capitales, mientras aguarda con temor el fallo de la justicia de EE.UU. en la causa con los holdouts . "Hay una tensa calma", admitió una fuente.